Un supervisor de la Fuerza Pública, que ayer estaba en su día libre, mató de un balazo en la cabeza a su compañera sentimental y luego se quitó la vida frente al bar-restaurante Las Tejitas, ubicado en San Antonio de Tejar, Alajuela.
Los hechos ocurrieron a las 4:30 p. m. en el parqueo del local luego de que la pareja tuvo una discusión.
El policía, de apellido Salguera, tenía 29 años de edad y laboraba en el Ministerio de Seguridad desde el 2008. Era padre de cuatro hijos, de nueve, ocho, cinco y cuatro años de edad.
La mujer, de apellido Webb, de 27 años, trabajaba como intendente del área de alimentación de la Fuerza Pública en Alajuela. Estudiaba la carrera de Administración de Empresas.
Ella se encargaba de coordinar el servicio de comida para las delegaciones policiales, informó Juan José Andrade, director de la Fuerza Pública.
Salguera y Webb tenían aproximadamente siete meses de relación sentimental y vivían en San Pedro de Barva de Heredia, comentó Andrés Méndez Meléndez, jefe de Salguera.
Rigoberto Rodríguez, director regional de la Fuerza Pública en Alajuela, explicó que, según las versiones recopiladas en el sitio, tras balear a la mujer, el oficial se disparó en la boca.
Agregó que el arma utilizada en el crimen es de calibre 38 y no pertenecía a la Fuerza Pública. La encontraron al lado del cuerpo del efectivo policial.
Los cadáveres quedaron muy cerca del vehículo en el que se transportaba la pareja.
“Al parecer, salieron del bar y se dirigían al carro; discutieron y luego él le disparó a ella en la sien derecha”, dijo Rodríguez.
Un testigo que prefirió no ser identificado, manifestó que vio a la pareja pelear.
“Forcejeaban y discutían en un tono alto. Preferí no meterme y entré al bar. Luego se escucharon las dos detonaciones”, añadió.
Dos socorristas de la Cruz Roja atendieron la emergencia, sin embargo, a su llegada las víctimas estaban sin vida.
“Es lamentable lo que sucedió hoy. Los policías son personas comunes y corrientes que tienen problemas privados al igual que todos”, afirmó Andrés Méndez.
“Él era un gran compañero y muy cooperativo. Ellos (la pareja) se veían felices. No conocíamos que tuvieran algún problema”.
La madre de Weeb, cuya identidad se reserva, llegó al lugar donde yacía su hija. Rodríguez y otros oficiales la acompañaron.
“Estamos impactados. Los conocí a los dos cuando fui director regional en Alajuela. Ella era excelente funcionaria y él era un muy buen oficial, pudo haber hecho una gran carrera”, expresó Andrade.