Limón. La falta de empleo y el abandono municipal es la principal queja que tienen los pobladores de las localidades costeras del Caribe norte, lo cual facilita que “algunos” colaboren con grupos narcotraficantes.
Los vecinos, aunque admiten que hay problemas de inseguridad, afirman que en los últimos meses hay una mayor presencia de la Fuerza Pública y, sobre todo, de lanchas del Servicio Nacional de Guardacostas (SNG).
Alberto Morales Durán, un líder comunal de Barra de Parismina, explicó que en esa comunidad, donde habitan 600 personas, dependen del turismo, que llega durante el desove de tortugas, entre los meses de marzo y noviembre. “Claro, es obvio que cualquier individuo sin trabajo está en disposición de colaborar con esa gente, pero es que aquí no hay apoyo municipal ni de otras entidades del Gobierno”, dijo.
Agregó que para llegar a Parismima solo se puede hacer por lancha y el lugar más cercano, Caño Blanco (a 10 minutos en bote), adonde se puede llegar por carretera, estuvo mes y medio sin servicio de autobús. “La empresa se negó a brindar el servicio porque la calle estaba en muy mal estado. Son 32 kilómetros hasta Siquirres. Ahora se tardan dos horas y media, pero asfaltada esa calle mucha gente podría venir desde San José”, agregó.
Señaló que en Parismina se cuenta con Fuerza Pública, pero los oficiales “están a pie. No tienen ni una bicicleta ni mucho menos lanchas, dependen de Guardacostas”.
Feliciano Segura Segura, un vecino de boca del Pacuare, dijo que hace unos años esa zona era de nadie, pero desde que el SNG abrió el puesto en Pacuare, se sienten más seguros. “Aquí entre todos nos cuidamos, pero con los Guardacostas estamos más tranquilos”, dijo.
William Smith Molina, un funcionario del Ebais de Parismina, consideró que en la zona lo que pasa es muy similar a todo el país. “La droga nos está invadiendo y atrae a muchos jóvenes, pero creo que es más el consumo. Aquí la gente es muy reservada, nadie dice haber vista nada extraño”.