Un hombre de apellido Guillén fue condenado a 108 años de prisión por cometer varios delitos de violación calificada y abuso sexual contra su hija, de 18 años, desde que ella tenía ocho.
La sentencia fue dictada por el Tribunal Penal de San Carlos, el miércoles pasado, tras la denuncia judicial que interpuso la propia afectada en agosto del 2010.
Según determinó el Tribunal, cuando la madre de la menor falleció a causa de una enfermedad terminal, el padre se encargó del cuido de la niña, de ocho años en ese momento, y de sus hermanos.
Durante varios meses, las agresiones sexuales contra la hija se iniciaron con tocamientos en las partes íntimas mientras ella dormía. Luego, cuando la menor cumplió nueve años, el agresor la violó por primera vez, y lo hizo amenazándola con un cuchillo que le colocó en el cuello.
Cuatro años después, la joven quedó embarazada de su padre, producto de otra violación, y dio a luz a una niña.
Los ataques sexuales en perjuicio de la menor presuntamente continuaron durante el embarazo y después del parto, mediante el uso de la fuerza y amenaza, hasta que ella cumplió 18 años. A esa edad, la víctima decidió denunciar a su padre.
Guillén fue declarado autor responsable de dos delitos de abuso sexual contra persona menor de edad y de seis delitos de violación calificada, para un total de 108 años de prisión, que fueron readecuados a 48 años, en virtud de las reglas del concurso material.
En la sentencia, los jueces ordenaron la prórroga de la prisión preventiva por el término de seis meses más.