Yesner Marenco Mejía, de siete años y medio, falleció ayer tras permanecer en coma durante cuatro días por un balazo que recibió en la cabeza mientras jugaba con el revólver de su padrastro.
Según informes médicos, el pequeño, quien cursaba primer grado escolar, sufrió severas lesiones cerebrales.
De hecho, desde su ingreso al Hospital Nacional de Niños, la noche del lunes, los médicos le daban pocas posibilidades de sobrevivir.
“Se realizaron todos los esfuerzos posibles, pero este niño venía muy mal. Tenía muerte cerebral como consecuencia del balazo que recibió por el descuido de un familiar”, afirmó ayer Rodolfo Hernández, director del hospital.
Según dijo, el menor nunca reaccionó al tratamiento que recibía. Su estado de salud empeoró entre la noche del miércoles y la mañana de ayer, agregó el funcionario.
Hernández precisó que el niño fue declarado fallecido a las 9:30 a. m. de ayer. A su lado estaba su madre, Marlene Marenco Mejía, quien en ese momento fue apoyada por personal médico y enfermeras.
Se trata del primer infante que muere de un balazo en lo que va del año, recordó el médico.
Desde el 2003, han fallecido 10 niños a causa de disparos en todo el país, la mayoría en sus hogares. Marenco se hirió cuando jugaba en su casa en La Perla, Siquirres.
Según Hernández, llevarán el caso ante la Fiscalía para “sentar las responsabilidades del caso”.
Dijo creer que el dueño de revólver debería ser sancionado.
Se trata de Érick Reyes López, quien al ser consultado por
Reconoció no haberla registrado ante el Ministerio de Seguridad Pública como manda la Ley.
El Ministerio Público analizaba ayer el caso y esperaba informes de la Policía Judicial para determinar si acusa o no a Reyes.