Maribel Retana Rojas jamás olvidará el 11 de setiembre del 2005. Ese día, el cuerpo de su hija Josebeth, de apenas ocho años, apareció dentro de un saco en una quebrada de Ticaris de Horquetas de Sarapiquí, provincia de Heredia.
Este fue uno de los casos que más estremeció al país por el nivel de violencia que el agresor desplegó contra la víctima.
En el 2006, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) envió su informe del caso al Ministerio Público. Al año siguiente el expediente se archivó por falta de pruebas.
El único sospechoso era un vecino; sin embargo, no se lo vinculó con el asesinato.
Rojas dijo el pasado viernes que ya desistió de la idea de que se encuentre al culpable de arrebatarle a su pequeña.
“No quise continuar con el caso, aunque desde luego no olvido a mi chiquita. Confío en que Dios haga justicia. Gracias a Él encontré paz y tranquilidad”, expresó.
Retana aseguró que, al conocer la noticia del crimen de una niña en Pérez Zeledón, sintió mucho dolor pues comprende al sufrimiento de la familia.
“A las personas que tengan que pasar por una situación como la que yo viví, solo les puedo decir que se acerquen a Dios y Él se encargará de todo”, añadió la madre.