José María Tijerino, ministro de Seguridad Pública, afirmó que los jefes de delegaciones fueron los responsables de que los policías no salieran a patrullar las calles el miércoles pasado como se les había ordenado.
A esa conclusión llegó ayer el jerarca luego de sostener una reunión en la mañana con unos 400 jefes policiales en el auditorio del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), en San José.
La encerrona tenía como objetivo evaluar el por qué los oficiales incumplieron la orden de salir a las 6 a. m. a patrullar vías, centros educativos y paradas de bus, en lugar de quedarse en cuarteles o delegaciones.
Según Tijerino, la estructura policial tardó cerca de seis horas en reaccionar por completo, de manera que la orden se cumplió en horas de la tarde.
“Algunos señalan que la directriz no les llegó a tiempo, otros que implica un cambio de paradigma que topó con los roles (de trabajo), otros sostienen que esas excusas no son admisibles”, dijo Tijerino.
Consultado sobre si la directriz se giró con suficiente antelación, el ministro afirmó: “Hay criterios encontrados. Yo habría preferido mayor tiempo, pero la mayoría de los jefes sostiene que hubo suficiente. Se dice que la orden llegó con poco tiempo, pero hubo lugares alejados donde sí hubo tiempo, de manera que yo creo que hubo una falla sobre todo de (las) jefaturas”.
La instrucción de salir a patrullar fue enviada por el Ministerio de Seguridad hacia las 601 delegaciones del país el martes a las 3 p. m. Esta fue remitida por fax u otros medios y, según Tijerino, todas las oficinas la recibieron.
Durante la encerrona “alguno confesó que creyó que la directriz era un papel más de lo que siempre le llegaba”, informó el titular de Seguridad Pública.
Tijerino descartó la posibilidad de un boicot, al tiempo que solicitó a los jefes policiales entablar los procedimientos de rigor si detectaron algún problema de indisciplina, “como algunos lo reconocen”.
“Pero, también les aconsejé que no fueran injustos y no trataran de inculpar su propia negligencia en girar instrucciones transfiriéndola a los subalternos. Eso sería lo peor, por eso es que yo quiero supervisar esos procedimientos disciplinarios”, añadió.
En la reunión, algunos jefes reportaron insubordinación. Por ejemplo, en un caso se le dio prioridad al desayuno en vez de la orden de salir a patrullar.
“Nos sinceramos, hubo cargos contra los jefes, pero la mayor parte aceptó que la solución está en sus manos. El planteamiento básico fue que estamos al servicio de la comunidad, que causamos una primera mala impresión, entonces tendremos que esforzarnos más”, continuó el Ministro.
De acuerdo con el jerarca, son las jefaturas las que deben inculcar motivación y supervisión en los oficiales.
“Hay un reconocimiento muy valiente de responsabilidad y un firme propósito de que están dispuestos a cumplir con lo que a ellos compete y ser mejores jefes”.
En planilla, el Ministerio tiene cerca de 13.000 policías.
En cuanto a recursos, el Ministro admitió que estos son insuficientes, pero esa no es una excusa en este momento.
“También, (los jefes) saben que el Ministro llegará a hablar con cualquier policía en cualquier parte de la República antes de hablar con el jefe. Les dije ‘ no se extrañen si les llega la noticia de que está el Ministro hablando con un policía frente a una escuela”.