Reynaldo García Picado tiene 24 años de laborar en la Fuerza Pública. Sus jefes lo catalogan como uno de los más eficientes y de buen desempeño.
Después de la amputación de su brazo, el hombre declaró a La Nación que desconoce en qué labores se destacará ahora, pero asegura que no abandonará las labores policiales.
“Me gusta mi trabajo”, manifestó, aunque reconoce que algunas funciones no las podrá hacer debido a su nueva condición.
El ministro de Seguridad, Mario Zamora, explicó que analizarán la posibilidad de reasignarle otro tipo de funciones al agente, que no sean las de patrullaje en la zona limítrofe con Nicaragua.
“Una de las opciones es que se desempeñe como operador de radio, en la cual no necesitará de ambos brazos para hacer sus funciones”, agregó Zamora.
El jerarca apuntó que el policía es muy eficiente y que el Ministerio de Seguridad Pública dará todo el apoyo a él y a sus familiares.
Larga recuperación. El jefe médico del Hospital del INS, Rónald Monge, declaró que García deberá permanecer unos dos o tres meses en recuperación y rehabilitación para analizar si es un eventual candidato a prótesis.
El especialista explicó que García solamente tiene unos centímetros de brazo, con los que la prótesis podría sostenerse.
El policía García reconoce que su profesión está cargada de riesgo y adrenalina. Recuerda que siempre ha preparado a su familia para recibir malas noticias sobre él. “Me he enfrentado a varias situaciones de riesgo. En varias balaceras, me han intentado disparar, pero siempre me he salvado”, dice.
El veterano policía manifiesta que el apoyo de su familia lo ha motivado a no dejarse vencer; García dijo que sus dos hijos menores desconocen lo que realmente le ocurrió.