Una adulta mayor de 73 años fue asesinada, ayer, por desconocidos que violentaron el portón trasero de su casa, con la aparente intención de robarle un dinero que no tenía, confirmaron sus familiares.
El hallazgo se dio a las 4 p. m., dentro de una vivienda situada a la par de la sede de Alcohólicos Anónimos, en El Carmen de Goicoechea, confirmó el OIJ.
La víctima, Ana María Rivera Acuña, fue hallada en la cocina por su hermana María Elena, quien vive a los 10 metros y llegó a buscar un percolador.
La fallecida tenía amarrada una cuerda en el cuello y sus pies atados; además, no presentaba lesiones visibles, manifestaron los familiares que alertaron a la Policía.
Gustavo Rivera Delgado, sobrino de la anciana, comentó que los sospechosos despedazaron un portón metálico y revolcaron toda la casa, en especial el cuarto.
“Mi tía vendía guineos, plátanos y hojas para envolver tamales en Navidad. El colchón de su cama estaba levantado. Seguro pensaron que tenía dinero”, afirmó Rivera.
Golpe inesperado. Manuel Rivera, hermano de la adulta asesinada, comentó que era normal que los domingos los hermanos se reunieran para conversar y tomar café.
“Mi otra hermana llegó a la casa y se topó con esa ingrata sorpresa. No creemos que falte nada en la casa, ya que no había gran cosa. Ella se dedicó a criar a los hermanos menores. Me parece mentira lo que estoy viendo; es un golpe inesperado para la familia”, afirmó Rivera.
Adolfo, su otro hermano, comentó, fuera de la casa, que anteayer la había visitado pues además tenía que recoger unas hojas que le había encargado.
“No era necesario tanta violencia y matarla. A esas edades nada les hubiera hecho. Acá, los robos son parte del pan nuestro de cada día y nadie hace nada”, se quejó.
La vecina María de los Ángeles Delgado recordó que, en el pasado, Ana María no lo pensaba para defender sus bienes, al punto en que, algunas veces, sacó un machete para ahuyentar a los ladrones.
La parte trasera de la casa que habitaba Rivera colinda con el barrio Alemanias Unidas y Los Cuadros, en Purral de Goicoechea, a los que se llega tras cruzar un cafetal.
Vecinos que prefirieron su anonimato, afirmaron que todos los días, a cualquier hora, ocurren asaltos a colegiales en esa zona.