La masiva construcción de edificios comerciales y casas, a lo largo de al menos un kilómetro, redujo el ancho del cauce del río María Aguilar y propició su desbordamiento la tarde del domingo en el cantón de Curridabat, San José.
La inundación causó fuertes daños en algunas empresas y dejó sin vivienda a varias familias, de acuerdo con reportes de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) y la municipalidad local.
Anoche, 108 personas permanecían en los albergues a la espera de ayuda gubernamental.
“Lo perdimos todo. Lo único que pudimos salvar fue un poco de ropa. Hoy nos mandan comida al albergue, pero no sabemos qué pasará con nosotros después”, afirmó Héctor Zamburia Leiva, uno de los damnificados.
“El domingo llovió demasiado fuerte en muy poco tiempo y, claro, el cauce no soportó tanta agua y el río se nos desbordó causando graves daños”, afirmó Pérez.
El Alcalde dijo al respecto: “Es un cauce aprisionado y, cuando llueva fuerte, sucederá lo mismo. En estas condiciones las inundaciones son inevitables”.
Recordó que se trata de edificios construidos junto al río, hace veinte años o más, a lo largo de al menos un kilómetro. “Lo que debemos hacer es revertir este proceso lo antes posible”, dijo Mora, quien anunció que se reunirá con los dueños de algunas de las edificaciones afectadas para intentar convencerlos de que se vayan.
Insistió en que se debe ensanchar el cauce, pues, de lo contrario, “habrá inundaciones cada vez que llueva como el domingo”.
El director de Operaciones de la CNE compartió su posición y abogó por no autorizar nuevas construcciones cerca del río.
Entre los negocios golpeados por la crecida del María Aguilar, está la empresa Motores Británicos de Costa Rica. Su dueño, Óscar Echeverría, estimó las pérdidas en más de ¢20 millones. “El Alcalde estuvo aquí y lo sentí dispuesto a solucionar el problema”, afirmó.