Una jueza de Ejecución de la Pena de Alajuela liberó, en octubre del 2009, a un hombre condenado por violaciones en serie, al considerar que no haría más daño.
En la actualidad, el sujeto, de apellido García, está preso como sospechoso de la violación y el asesinato de una mujer en un cañal de Juan Viñas, Jiménez de Cartago.
Hace 11 meses, la jueza Monique Charpentier Celano consideró que “el privado en cuestión se encuentra resocializado, preparado para estar de vuelta en la sociedad que una vez lo tuvo que segregar”.
Esa resolución le permitió a García abandonar La Reforma, el 10 de octubre pasado, luego de purgar 16 años y cuatro meses por seis violaciones. Lo habían condenado en 1994 a 25 años.
Ayer, el Juzgado Penal de Turrialba dictó un año de prisión preventiva contra García, a quien acusaron formalmente de violación calificada y homicidio calificado.
La víctima fue Johanna Ulloa Avendaño, de 24 años, a quien estrangularon la mañana del 9 de setiembre pasado.
La funcionaria estimó en una parte de su fallo: “ Se mostró empático con las víctimas, con una clara conciencia del daño ocasionado, impresiona con proyecto de vida estable apartado del delito, su plan de no reofensa marca claramente la decisión que ha tomado y es de peso para esta juzgadora”.
El Instituto de Criminología, del Ministerio de Justicia, integrado por psicólogos y trabajadores sociales, recomendó en ese momento no liberar al sentenciado violador.
Según el titular de esta cartera, Hernando París, los expertos advirtieron que García tenía “poco control de sus impulsos sexuales”. “No había garantía de un adecuado desenvolvimiento en el exterior”, agregó.