EscucharLa jueza quinta de Ciudad de Guatemala, Carolina González, renunció a continuar con la causa del costarricense Alejandro Jiménez González, alias Palidejo, sospechoso de ordenar el ataque en el que murió el cantautor Facundo Cabral.
La funcionaria tomó la decisión el viernes anterior, lo que obligó a suspender la audiencia prevista para hoy, donde se planeaba decidir si el costarricense debía o no enfrentar juicio.
Bayron Castañeda Galindo, abogado de Jiménez en Guatemala, dijo ayer, telefónicamente, que la jueza no brindó las razones por las cuales se excusaba de seguir con el asunto.
“Ella lo que pudo decir públicamente es que fue en virtud de que la defensa la había recusado porque ella estaba empeñada en que se llevara a cabo un reconocimiento en fila de personas, en el cual se tendría que ubicar al señor Alejandro Jiménez por parte del colaborador eficaz, que es uno de los sicarios y que lo tiene como testigo el Ministerio Público”, dijo.
En criterio de Castañeda, ese reconocimiento es injusto porque Jiménez es una persona muy conocida, cuya foto ha salido publicada en múltiples publicaciones.
El abogado dijo que también insistirá en que se declare como ilegal la forma en que llevaron a Alejandro Jiménez desde Colombia hasta Guatemala.
“Lo que correspondía legalmente era enviarlo a Costa Rica y no hacerlo de forma ilegal a Guatemala. Fue un procedimiento violatorio del derecho. Fue una ilegalidad del Gobierno de Colombia y eso es lo que el juez tiene que decidir”, manifestó el defensor.
Según el defensor, el Palidejo está muy pendiente de la marcha del proceso y tomó como positivo la suspensión de la rueda de reconocimiento.
La parte negativa, dijo, es que el trámite en los juzgados se prolonga por unos meses más.
En relación con los últimos acontecimientos difundidos en Nicaragua donde vinculan a Palidejo como la persona que presuntamente mandó a secuestrar a una hermana de Henry Fariñas, explicó que Alejandro Jiménez está en una cárcel de máxima seguridad donde el visitante para hablar tiene que hacerlo por un teléfono, cuya conversación es grabada.
Además, dijo que si le envían una carta, el documento es fotocopiado. “Él no tiene ninguna comunicación con el exterior; así que todo eso queda descartado”, concluyó Castañeda.
