La afirmación la hizo en una entrevista telefónica concedida también a ADN Radio, mientras permanece en Guatemala protegido por la Policía Nacional Civil (PNC).
Fariñas, quien dijo que todavía está convaleciente por las heridas que sufrió el día del atentado, reiteró que en su criterio la acción la decidió Alejandro Jiménez, alias Palidejo, por una controversia comercial.
Cuando se le repreguntó qué tipo de lío comercial, dijo que fue por la venta de los
Fariñas, a quien en ocasiones se le escuchaba agitado, insistió primero en que no quería dar declaraciones y remitió las consultas a su abogado, Mario Cuevas.
“Sí, eso era lo que le interesaba, pero, desafortunadamente, no fue decisión mía, sino que lo que pasa es que yo no soy el dueño de eso. Yo soy el que los ha manejado y la decisión no era mía y, obviamente, las personas no aceptaban el negocio y era por la condición de pago pues la única forma que los dueños aceptaban era darme una transferencia o un cheque”.
–¿Él quería pagar en efectivo?
–Efectivamente.
–¿Cuánto le llegó a ofrecer por el negocio?
–El negocio estaba pactado en medio millón de dólares.
–¿Él los quería pagar todos en efectivo?
–Así es.
–¿En un solo giro?
–Así es.
Cuando se le dijo a Fariñas que había otro testigo en el proceso que dijo que el lío fue por narcotráfico, respondió: “Tengo entendido que es un testigo clave, pero acuérdese de que cuando él me hace daño evidentemente tenía que decir algo de las personas que lo mandaron. Evidentemente, no les iba a decir que él es buena gente”. El empresario nicaraguense manifestó que todo esto ya lo declaró ante un juez.
Agregó que era un buen cliente, aunque nunca especificó qué tipo de transacciones tenían pues siempre se refirió a los
Fariñas agregó que la primera vez que lo vio se le presentó como José Tremiño, pero en otras ocasiones le decían Alejandro; afirmó que siempre creyó que era un ciudadano nicaraguense.
Detalló que los negocios los tenían en Guatemala, Nicaragua y Panamá. Nunca mencionó a Costa Rica. Fariñas manifestó que todavía siente temor de que lo maten, aunque no dijo quién.