La autoridades encontraron ayer el cuerpo sin vida de María Eugenia Ramírez Arroyo, una profesora de secundaria retirada. La víctima estaba en la sala de su casa de habitación, en La Aurora, Heredia.
Alrededor de las 6 p. m., las autoridades llegaron a la casa de Ramírez, tras recibir la llamada de los vecinos quienes se preocuparon al ver el portón y la puerta abiertos.
Allí encontraron a la víctima tirada boca arriba, con una herida en el cuello que le habría causado la muerte, informó Víctor Rodríguez, cruzrojista de Heredia.
Ramírez presentaba varias lesiones muestra de haber sido agredida previamente a su muerte. Tenía un fuerte golpe en el rostro y otro en el brazo, agregó Rodríguez.
Además, un pañuelo le cubría parte de la cara, por lo que aparentaba haber sido amordazada. El cuerpo de la educadora jubilada estaba semidesnudo, vestido solo con una blusa amarilla.
Las autoridades sospechaban anoche del robo como el posible motivo del homicidio, dado que la casa estaba desordenada, aunque no se pudo confirmar si faltaban objetos de valor.
Los vecinos no escucharon señales de problemas durante la tarde en la vivienda de Ramírez, según comentaron a la Policía.
Asimismo, el portón de la casa no estaba forzado ni había señas de que alguien se hubiera introducido por otra parte.
Ahora dedicaba su tiempo libre a departir con sus amistades y cuidar a su nieta, manifestó Gregory Kearney, un amigo de la víctima quien se acercó anoche al lugar del asesinato.
Ramírez tenía dos hijos. Uno de ellos radica en el extranjero y la otra, madre de su nieta, vive en San José y frecuentemente la visitaba.
Kearney dijo que Ramírez no tenía problemas con nadie ni enemistades, “Era muy apreciada por los vecinos en el barrio”, afirmó.
Versiones de algunos vecinos señalaron que en la tarde se había visto en el hogar de la fallecida a una chancera que con frecuencia llegaba a La Aurora.