19 de junio del 2011, Homicidio en San Josecito de San Isidro de Heredia donde mueren dos adultos Diego Chacon y Jaquelin Madrigal se encontro una nia con vida en el lugar/ fotografia de Alejandro Arley (Alejandro Arley)
El comerciante Diego Chacón Chaves, de 30 años de edad, y su esposa Jacqueline Madrigal Sánchez, de 29, fueron hallados sin vida la madrugada de ayer en su casa de habitación en San Josecito de San Isidro de Heredia.
Ambos tenían un impacto de bala en la cabeza, confirmaron la Cruz Roja y la Fuerza Pública. La vivienda se ubica 650 metros al este del templo católico de la comunidad.
El joven era el propietario de la Carnicería Chacón en el Mercado Central de Heredia y su esposa era ama de casa, informaron familiares y vecinos.
La oficina de prensa del Organismo de Investigación (OIJ) informó de que, por ahora, se desconoce cuántas personas participaron en el crimen y cuál fue el motivo. No se descarta que hayan robado artículos o dinero.
En un sillón, al lado de las víctimas, estaba a salvo una bebé de cinco meses, hija del matrimonio.
Zúñiga relató que vio el portón abierto a las 7 p. m. del sábado y creyó que la pareja iba a salir. Él se fue a una fiesta y a su regreso, en la madrugada, le extrañó que la casa se mantuviera abierta .
“Me acerqué, y empecé a llamarlos. Como no me respondían, entré para revisar si alguien se habían metido a robar. Por una ventana los vi tirados en el suelo y salí a pedir ayuda”, comentó.
La esposa del testigo contactó a la familia de Chacón, que vive en la misma calle y ellos se comunicaron con el servicio de emergencias 9-1-1.
“Cuando volvimos a la casa, sacamos a la chiquita. Estaba despierta”, explicó el vecino.
Daniel Calderón, director regional de la Fuerza Pública en Heredia, manifestó que se cuenta con poca información del crimen. “Por ahora no tenemos datos de sospechosos. El OIJ está buscando evidencias y de ahí saldrán elementos importantes”, aseguró.
La muerte de Chacón y su esposa sorprendió a clientes y comerciantes del mercado.
“Era amigable. Lo veíamos siempre entre semana atendiendo a la gente. La noticia fue muy impactante”, afirmó Jeffrey Araya, quien labora en una carnicería al frente de la de la víctima.
Minor Chacón, hermano del fallecido, recordó que la última vez que lo vio fue el viernes pasado en la carnicería.
“Ese día solo lo saludé. Él era muy trabajador y honesto; con mucho sacrificio y esfuerzo obtuvo todas sus cosas”, aseguró.
El comerciante era hijo de los dueños del Centro Recreativo La Tranquera, que se ubica a 300 metros de la vivienda donde sucedió el asesinato.