El hecho se produjo 600 metros al sur de la escuela de la localidad, y a 200 metros de donde dos encapuchados quemaron otra vivienda hace dos semanas.
En el inmueble, incendiado ayer vivía Reina Quintero Mendoza, de 37 años, junto con sus cuatro hijos, con edades entre los cuatro meses y 13 años.
Según contó Quintero, tres sujetos la despertaron anteayer cuando tocaron la puerta a las 12:45 de la madrugada, y le exigieron a ella que les abriera.
“Yo les respondí que no, y me gritaron: ‘Ya verá lo que le va a pasar’. Segundos después miré cómo una de las paredes comenzaba a arder, desesperada les grité a mis niños que se levantaran, ya que de lo contrario las llamas también los alcanzarían”, recordó.
Los vecinos salieron de sus casas y ayudaron a la familia Quintero a sacar camas y colchones, así como a apagar el fuego y auxiliar a los niños.
Los menores presentaron problemas respiratorios por la inhalación de humo. Una de ellas debió ser llevada al Hospital de Los Chiles.
Agentes judiciales inspeccionaron el sitio del suceso como parte de la investigación que emprendieron para esclarecer lo sucedido. Hasta ayer, la Policía no tenía ningún detenido por este hecho.
Antonio Altamirano, director de la escuela de Isla Chica, pidió al Ministerio de Seguridad Pública la apertura de un puesto policial en el pueblo para disminuir el miedo que invade a los vecinos.
Dos días después del homicidio, el Juzgado de San Carlos dictó tres meses de prisión preventiva contra un hombre de apellido Jirón, relacionado con ese crimen.
El 27 de enero, dos encapuchados ingresaron armados a la vivienda del peón agrícola Santos Betanco y le incendiaron la casa por no darles información acerca de un vecino.
Betanco vivía con su esposa y dos hijos, y eran familiares del peón agrícola asesinado.
Por estos hechos, unas 20 personas se fueron de la Isla Chica, ya que tenían miedo a ser atacadas por narcotraficantes.
La Isla Chica se ubica a 1.500 metros de suelo nicaragüense.