Usted fue condenado en el 2002 a 345 años de cárcel por violaciones. En ese entonces tenía 24 años. Se supone que podrá salir de prisión hasta dentro de 41 años. ¿Merecía una sentencia tan alta?
Cuando me sentenciaron, quedé en shock . Todo afuera de la cárcel sigue girando, pero uno queda aquí vegetando. Hasta cierto punto, merecía una sentencia, pero nunca así.
¿Cuál fue su primera reacción al enterarse de que recibiría el tope de 50 años?
Me preguntaba: “¿Será cierto?”. No tenía antecedentes y nunca había estado en una cárcel, ni siquiera en una redada.
Se supone que, sin descuentos, usted va a salir de prisión cuando tenga 73 años.
La verdad es que no me veo saliendo de aquí anciano. Tengo la esperanza de salir antes. Estudio administración de empresas con énfasis en recursos humanos. Algunos compañeros me preguntan que para qué, si con 70 años nadie me va a dar trabajo.
¿Ha tenido tiempo de pedirle perdón a las víctimas?
He tenido tiempo de perdonarme a mí mismo; a las víctimas no se lo he pedido. Para ellos fueron cinco años de calvario (mientras esperaban el juicio); de hecho, hasta hoy lo viven. Estoy avergonzado.
¿Una pena de 50 años es suficiente para persuadir a la delincuencia?
Cincuenta años de cárcel no resuelven nada; más bien, empeoran las cosas. El delincuente es más violento porque sabe a lo que se expone.