Caminar con audífonos, taparse con una sombrilla o pensar que el auto podría cruzar la vía antes de que pasara el tren...
Esas son las historias más recientes de los accidentes en los que se ha visto involucrado el ferrocarril.
Las autoridades alegan que se trata de descuidos de peatones y conductores, quienes no toman en cuenta que el tren no puede frenar de inmediato.
En lo que va de este año, se han registrado al menos 21 incidentes.
De ellos, 15 corresponden a choques con vehículos, mientras que otros siete fueron peatones arrollados, de acuerdo con los datos del departamento legal del Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer).
Uno de los últimos fue, precisamente, el de dos muchachas atropelladas el 11 de junio en Colima de Tibás, San José, cuando al parecer, se cubrían con sombrillas, por lo que no vieron que el tren se acercaba.
Otra tragedia ocurrió el 8 de febrero en Mata Redonda, frente al edificio de la Contraloría General de la República.
Ese día, un joven de 25 años intentó cruzar la línea férrea para llegar hasta una parada de autobuses.
Supuestamente, él iba escuchando música con audífonos por lo que no se percató de que el tren se acercaba; este lo arrolló y le amputó ambas piernas.
En otros casos, los afectados no lograron sobrevivir a las colisiones, como ocurrió el miércoles en Batán de Matina, Limón, cuando un ciclista en aparente estado de ebriedad fue atropellado.
Miguel Carabaguíaz, jerarca del Incofer, dijo que en estos casos, la entidad está exenta de responsabilidad; recalcó que las personas deben ser más cuidadosas, porque el ferrocarril no puede salirse de las vías ni frenar a corta distancia.