Nios y adultos fueron atendidos por personal de la Cruz Roja y bomberos, ante el ataque de furiosas abejas en las cercanas del Puente Negro ,entre Tibs y Santo Domingo
Los ataques de abejas en los primeros tres meses de este año superaron en un 23% los ocurridos durante el mismo lapso del 2011.
El Cuerpo de Bomberos informó de que entre enero y marzo del 2012 atendieron 3.281 emergencias con abejas, 615 más de las cubiertas en el primer trimestre del año pasado cuando fueron 2.666 casos.
Héctor Chaves, director de Bomberos, manifestó que en total hubo 328 personas con picaduras, la gran mayoría leve, o sea, que la víctima no necesitó ser trasladada a un centro hospitalario .
Las abejas son el segundo rubro que más servicios demanda a los bomberos. Este año son el 26% (3.570 casos), superado por los incendios que representan el 47% (6.572) de las emergencias.
Chaves aseguró que ahora llama la atención la gran cantidad de rescates de osos perezosos.
Agregó que lo anterior sucede porque en esta época es cuando las abejas se alimentan mejor, debido a que hay mucha floración en los árboles.
“Están tan bien alimentadas que es un estímulo para que se reproduzcan”, precisó Ramírez.
Según el experto, “la abeja africanizada se puede fecundar hasta 10 veces al año. Cuando eso ocurre, la mitad se va y la otra mitad queda en la colmena. Esas son las pelotas que se ven en techos, cielorrasos, puentes, estañones o cajas que están en lotes baldíos”.
Ramírez explicó que las abejas africanizadas no son agresivas sino que son muy defensivas y atacan porque alguien “tiró una piedra al panal, les mueven el cajón o tratan de robar la miel”.
Por eso, insistió en que cuando alguien halle un enjambre no lo trate de controlar si no tiene el equipo apropiado y el conocimiento.
“Hemos atendido a gente que se ha contaminado porque usa un plaguicida muy fuerte sin equipo de protección y han terminado en el hospital. Otra gente le echa gasolina y termina quemando parte de la casa o la gente resulta con quemaduras por el fogonazo”, dijo.
Chaves recomendó que para no alterar a las abejas conviene no hacer ruidos, no usar perfumes con un olor fuerte y “mucho menos lanzar algún objeto al enjambre”.
En los últimos años no se han dado muertes por picaduras.