Las equipos de socorro, integrados por bomberos y cruzrojistas, llevaron a los afectados a la Clínica de Chomes. De ellos, 17 fueron enviados a clínicas de la periferia y al Hospital Monseñor Sanabria, en Puntarenas.
Arturo Quesada, médico que dirigió la atención del caso, informó de un paciente delicado.
El hecho ocurrió pasadas las 9 a. m. en finca Las Loras, en San Agustín de Chomes.
En la planta algodonera había unos 200 trabajadores, entre ellos Denia Ulloa Hidalgo.
“Estábamos desayunando. Ahí como que se vino una ráfaga de viento y empezó a sacar el veneno del plantío. Entonces comenzaron a sacarnos.
“Todos se caían; unos con náuseas, otros con vómito y algunos que se descomponían”, explicó.
Los encargados de la compañía subieron a los trabajadores en buses y los llevaron hasta la entrada de la propiedad, a unos tres kilómetros. Allí los cuerpos de rescate improvisaron un campamento para clasificar a los afectados y trasladarlos, según su condición.
“Parece que ayer (el miércoles) fumigaron la plantación algodonera. Aun así, siempre hubo una reacción. (Los empleados) presentan dificultades respiratorias, reacción alérgica, picazón, enrojecimiento de la piel y problemas de presión alta.
“En estos casos, si el problema respiratorio persiste, hay que darles oxígeno. En casos calificados, el antídoto es la atropina”, explicó el cruzrojista Luis Carlos Zamora.
El jefe de los bomberos Édgar Vindas agregó que otros trabajadores experimentaron dolor de cabeza, mareos, respiración agitada y hormigueo, debido al contacto de las vías aéreas con el producto. Varios trabajadores se desmayaron.
“El problema es con un producto que se usa para fumigación”, puntualizó.
Personal experto en químicos del Cuerpo de Bomberos llevó a cabo una revisión. La zona afectada se aisló y las labores se suspendieron en ese terreno.