Al despertar, luego de permanecer cerca de seis horas inconsciente sobre la piedra de un río, lo último que recordó el ciclista profesional Andrey Amador Bikazakova es que era perseguido por unos hombres en un cafetal.
“Creo que me dispararon con una pistola extraña, de esas que tienen electricidad”, rememoró ayer el deportista, quien este año compitió en el Giro de Italia, con el equipo Caisse de Espagne.
Amador fue atacado por desconocidos en la tarde del miércoles mientras se entrenaba en la parte alta de San Rafael de Heredia.
Su bicicleta, una Pinarello valorada en ¢6 millones y única en el país, está desaparecida.
“Uno de los carros se me adelantó y frenó. Tomé una calle de lastre. Pensé que no me iban a perseguir”, narró el corredor.
Acechado por los desconocidos, Amador se introdujo en un cafetal. Como creyó que el objetivo del ataque era la bicicleta, la abandonó en un trillo.
Fue en ese momento cuando le dispararon. “No me acuerdo de nada más. Desperté como a las 8 de la noche en un río. No sé cómo llegué ahí: si fue que me tiraron o que caí en ese lugar”, agregó.
El ciclista cree que en la agresión participaron cinco o seis hombres, pero solo pudo describir a uno. “Era un hombre gordo, rubio y mayor”, explicó.
Amador mostraba ayer raspones en el rostro y en las piernas. También dijo sentirse adolorido en la espalda, las piernas y el pecho. “No sé si me golpearon”, concluyó. El deportista se integrará, el próximo 15 de enero, a su equipo en España.