El 31 de marzo pasado, el hampa se apoderó de un cargamento de baterías para carro. Antes, el 18 de febrero, el botín había sido una pesada carga de alimento para perros. En agosto del año anterior, delincuentes se llevaron un camión cargado de pastas. En octubre, otro grupo armado se apoderó de un contenedor que transportaba sacos de abono.
A lo largo de los últimos dos años, la lista de mercancías robadas a 71 traileros en tránsito es extensa: cigarros, 36 cerdos destazados, botellas de vidrio, café, electrodomésticos, aceites, pinturas, licor, zapatos, artículos para bazar, computadoras, bombas de fumigación, azúcar, granos...
Hasta ahora, la Policía Judicial ha logrado constatar un único destino de esa mercancía: abastecedores cuyos dueños son –en su mayoría– comerciantes asiáticos de Cartago y en San José.
“Detectamos que una importante cantidad de esa mercadería es comprada por almacenes propiedad de orientales.
“Esto ha ocurrido así durante mucho tiempo. Esa mercancía es vendida como si fuera producto legal. A esos comerciantes nosotros los pasamos por receptación”, explicó Francisco Segura, subdirector del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
La receptación castiga con penas carcelarias de seis meses a cinco años “al que adquiriere, recibiere y ocultare dinero, cosas o bienes provenientes de un delito en el que no participó o interviniere en su adquisición, recepción u ocultación”.
A principios de la semana anterior, la sección de Asaltos del OIJ encontró en ocho establecimientos de extranjeros (en San José, Patarrá, Desamparados, Cartago, Taras, Tucurrique y Paraíso) bolsas de alimento para perros y latas de vodka Smirnoff robadas a dos traileros.
Por el número de lote que figuraba en los paquetes de comida canina, los investigadores comprobaron que se trataba de la mercadería robada el 18 de febrero a un transportista en Esparza.
Esa mercancía era para exportación. También por el número de lote, las autoridades se percataron de que el vodka correspondía a licores robados a un camionero en San Ramón. La víctima provenía de Caldera, en Puntarenas.
“Se llevan productos de consumo masivo. Solo se fijan que el camión lleve los marchamos (unos sellos plásticos) para comprobar que lleve mercadería.
“En los asaltos, por lo general intervienen dos vehículos y de tres a seis personas. Atacan en los lugares de descanso; algunas veces a traileros en movimiento”, señaló un investigador judicial.
En uno de los casos, los hampones se disfrazaron de agentes de la Fuerza Pública; en otro, se vistieron como policías del Tránsito.
El tramo de la vía Interamericana norte que comunica a San Ramón con Naranjo es donde se ha producido la mayor cantidad de asaltos a traileros.
Allí se registraron 17 de los 71 atracos registrados entre enero del 2008 y abril del presente año, de acuerdo con las estadísticas de la Policía Judicial.
Durante ese tiempo, también hubo robos en cantones como Pérez Zeledón (5 casos), Pococí (4), Limón (4), Alajuela (4), Esparza (4), El Guarco (3), Matina (2), Siquirres (2) y Santo Domingo de Heredia (2), entre otros.
“Hablamos de hampa común que se ha especializado. Vieron que era fácil asaltar camiones y consiguieron un mercado interno para la mercadería. Lo recomendable es que los transportistas se organicen. En algunos lugares viajan y descansan en grupos para evitar ser sorprendidos”, recomendó Segura.
El camión de pastas, robado en agosto del 2009 a la empresa Lucema, en Pococí, apareció poco después en una finca piñera de La Primavera, en Cariari.
Allí lo localizó el sistema de rastreo satelital.
El último tráiler robado –traía un cargamento de baterías Raider para una empresa de Atenas– poseía un dispositivo de ese tipo; pero en el momento del asalto el sistema se encontraba apagado.
El 17 de noviembre del 2006, agentes del OIJ detuvieron a 17 personas –siete de ellas chinas– como sospechosos de participar en una red que robaba furgones para luego distribuir la mercadería en establecimientos de asiáticos. Esa vez el OIJ señaló a dos de los chinos como los cabecillas de la organización.