El ataque ocurrió en dos pozas distintas del río Toropi, el cual atraviesa la región central de Río Grande do Sul, el estado más meridional de Brasil y fronterizo con Argentina y Uruguay.
Los bomberos locales tuvieron que recomendar a los cerca de mil bañistas concentrados en los balnearios Passo do Juliao y Passo do Ángico que abandonaran las aguas.
Las víctimas, en su mayoría con pequeñas mordeduras en los dedos de las manos y de los pies y algunas con heridas en las orejas, fueron atendidos por socorristas del Cuerpo de Bomberos. No hubo necesidad de hospitalizar a nadie.
Los bomberos atribuyeron el ataque al bajo nivel de las aguas del río por la sequía que ha afectado el sur de Brasil en las últimas semanas y a la escasez de alimentos.
Pese a que la palometa es un pez carnívoro de la familia de las pirañas, no acostumbra atacar a los humanos.