Llámele cubiertos o herramientas. Da igual. Cuando pensamos en los utensilios para usar al comer, lo primero que viene a nuestra cabeza es el combo que incluye tenedor, cuchillo y cuchara. A veces resulta impensable prescindir de alguno de estos tres .
¿Qué debemos hacer entonces cuando nos dan palillos para llevarnos la comida a la boca? A veces, la intención se convierte en una tarea difícil, casi imposible. ¿Por qué alguien preferiría comer así?
En China, los palillos se utilizan desde los 5.000 o 4.000 a. C. Su primera versión era de ramas de una dimensión similar y eran útiles para revolver alimentos al cocinar, pero fue hasta 500 d. C. que empezaron a usarse propiamente para comer.
Los alimentos se servían en cortes pequeños y los palillos de bambú se convirtieron en la herramienta más apropiada y efectiva para comer rápidamente.
Se dice que en aquel entonces el cuchillo perdió popularidad, especialmente debido a que el confucianismo reprobaba el uso del cuchillo para tocar alimentos que no fueran cárnicos.
De hecho, en relación con eso, se consideraba una falta grave de etiqueta atravesar un alimento con un palillo. Aquello que fuera muy difícil de llevar a la boca con estos implementos debía servirse con una cuchara.
Su generalización permitió que el uso de los palillos se extendiera más allá de China y llegó a otros países asiáticos como Japón, Corea y Vietnam, donde también se convirtieron en los utensilios predilectos.
Exclusividad
Cuando se trata de palillos de madera , los que están fabricados en China no tienen par.
En la década pasada, los restaurantes japoneses se vieron en problemas cuando el precio de los implementos subió por la imposición de un tributo del 5% que buscaba paliar la deforestación.
Esto a su vez generó un incremento del precio de hasta un 30% por parte de los exportadores, lo cual dificultaba la importación al país en el que el 97% de los palillos desechables provenía de China. Consecuentemente, la medida causó que popularizaran los palos plásticos.
En China se fabrican cerca de 45 .000 millones de pares al año, lo que equivale a 23 millones de árboles, según The Guardian .