Washington (AFP) - ¿Qué sería de James Bond sin el Dr. No, Jaws, Auric Goldfinger o la escultural May Day? Los "malos" con que se bate el espía británico desde hace 50 años, con un éxito siempre renovado, se convierten en los verdaderos héroes de una exposición consagrada enteramente a ellos en Washington.
"Deliciosamente diabólicos: 50 años de malvados para Bond" relata medio siglo de estos villanos infames que tanto trabajo dan al agente 007, desde el Dr. No del filme de 1962, al Raoul Silva encarnado por Javier Bardem de Skyfall , la 23 entrega de James Bond que acaba de ser estrenada mundialmente y que celebra sus 50 años.
"James Bond continúa siendo el mismo, mientras que los malos han cambiado. Su transformación refleja los cambios de la época", analiza ante la prensa Meg Simmonds, directora de archivos de EON, la empresa que produce las películas.
Con una constante, son "ricos, inteligentes, encantadores pero hipócritas, descarriados y mentalmente trastornados", afirma la exposición, inaugurada este fin de semana y que permanecerá abierta por dos años en el Spy Museum, un museo privado dedicado al espionaje en la capital estadounidense.
Así, reflejan los miedos reales engendrados por la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, como el villano Blofeld, a la cabeza de la organización criminal mundial Spectre, que trata de oponer a los dos bloques.
En los años 70, Karl Stromberg y Hugo Drax amenazan al mundo con sus armas nucleares en Moonraker y La espía que me amó , mientras que el tráfico de droga abre apetitos en Vive y deja morir o Licencia para matar . La guerra de las materias primas y los riesgos medioambientales hacen a continuación su aparición en El mundo no basta y Quantum of Solace.
Para ilustrar cada tema, la muestra ofrece extractos de películas. Los paneles muestran las intrigas vinculadas a la actualidad del momento o al individuo que inspira cada personaje.
Entre algunos objetos de las vitrinas, se puede observar la dentadura plateada de Jaws, los zapatos con el talón que esconde trucos de la soviética Rosa Klebb o una maqueta del vehículo de Skyfall .
También se exponen decenas de trajes de secuaces anónimos "de los que se preguntan cómo son tan fáciles de reclutar", apunta con humor la exposición, "trabajan mucho, no toman nunca vacaciones y no tienen más que una sóla claúsula en su contrato de partida: la muerte precoz".
Los personajes de los malvados "son exagerados pero cuentan con una base real", afirma Mark Stout, un exanalista de la CIA. En las últimas películas, los héroes atacan a "grupos terroristas. No sabemos bien quien forma parte o no. Es como Al Qaida", dijo.