En el 2012, el rapero Tupac gritaba en un micrófono, a pulmón vivo, frente a una multitud desorientada: “¿Qué pasa, Coachella?”.
La imagen era escalofriante tanto para quienes la experimentaron en vivo como para los que, posteriormente, buscaron el video en Internet. Después de todo, en 1996, Tupac Shakur fue mortalmente herido en una balacera en Las Vegas. El músico falleció tres años antes de que Coachella organizara su primer festival en el desierto californiano.
Tupac nunca pronunció juntas esas tres palabras que dejaron helada a la audiencia del festival del 2012 y, sin embargo, su muerte no era impedimento alguno para que las pronunciara entonces, de pie sobre un escenario en vivo y al lado de sus amigos Dr. Dre y Snoop Dogg.
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La muerte es la barrera más tajante que enfrenta cualquier carrera profesional. Aún así, el concierto de Coachella demostró que la tecnología puede, aunque sea por un tiempo breve, suspender su contundencia.
Vida tras la muerte
Aunque la presentación de Coachella pasó a ser uno de los momentos más memorables del 2012, los responsables del “truco”, Digital Domain, no fueron personaje noticioso hasta que se declararon en bancarrota.
Habían pasado apenas cinco meses desde que la empresa reveló mundialmente su tecnología original.
Después de casi dos décadas de luchar por mantenerse a flote, la empresa de efectos especiales sufrió el cierre de un tercio de sus operaciones y, junto con ello, la renuncia de su jefe ejecutivo, John C. Textor.
“Aunque entiendo y apoyo el esfuerzo de dinamizar los costos de operaciones, creo que este es el camino incorrecto”, decía la carta de renuncia que presentó Textor en el 2012.
Dos años después de ese suceso, la ceremonia de los premios Billboard presentaba un a segunda “resurrección” histórica, la del Rey del pop, Michael Jackson.
Jackson estrenó en vivo su pieza Slave to the Rhythm , la cual grabó en 1991 pero fue publicada de forma póstuma en su disco Xcape . El cantante llevaba muerto tres años.
La presentación de Jackson incluía canto y coreografía con bailarines, en vivo. La discreta diferencia que delataba la ilusión del cuerpo de Jackson era una ligera variación en la luz reflejada en su silueta, casi imperceptible en medio del éxtasis del público presente.
Fuera de eso, su rostro, las proporciones de sus extremidades, la fluidez de sus gestos y la textura de su ropa eran tan reales como los del resto de su cuerpo de baile.
Para esta ocasión, la empresa que recibió los elogios fue Pulse Entertainment, una compañía fundada en 2013 y que absorbió las cenizas de Digital Domain.
Después de Jackson, la más reciente invocación del espíritu de una estrella fue frenada, hace pocos días, justo antes de poder transmitirse por televisión mundial.
Fotografías y un breve video en el que Christina Aguilera realizaba un dúo con la diva Whitney Houston –fallecida en el 2012– circularon la semana pasada. Entertainment Tonight confirmó que el episodio final del programa The Voice incluiría un “holograma” de Houston.
Días después del anuncio, a la luz de los videos virales, la cuñada y albacea de la cantante, Pat Houston, aseguraba a los medios que “el holograma no estaba listo para salir al aire”.
El 25 de mayo, The Voice sustituyó a la ilusión computarizada de Houston por la joven promesa pop –y, además, muy viva– Ariana Grande.
No obstante, Hologram USA, la empresa encargada de desarrollar la tecnología que “revivió” a Houston, corroboró que no estaba dando el brazo a torcer.
“Ciertamente había que mejorar la cara para los planos que se escogieron para el programa de tele. Hay una diferencia entre ver una presentación en vivo y un acercamiento extremo”, explicó Alki David, el dueño billonario de Hologram USA.
“Estamos trabajando en un show completo que girará como un tour. Será un show de una hora que mostrará a Whitney en diferentes etapas de su vida”, aseguraba de sus planes a futuro.
Ilusiones y patentes
En la historia de los hologramas están involucradas tres empresas que poseen el conocimiento de exactamente la misma tecnología: Digital Domain, Pulse Evolution y Hologram USA.
La distancia entre las “resurrecciones” no es fortuita; es consecuencia de una larga lucha legal por la patente de la tecnología que hace posible revivir a los muertos.
Aunque parezca cosa de ciencia ficción, en realidad, la tecnología de los “hologramas” pertenece al mundo de los salones de magia.
El precursor del truco fue John Henry Pepper, el científico que en 1862 creó el “fantasma de Pepper”, una ilusión que juega con los ángulos de la dirección de la luz para mostrar lo que ocurre en una habitación adyacente. Un llano y sencillo truco de ilusión óptica.
Hasta ahora, no existen los “verdaderos” hologramas, las representaciones tridimensionales y etéreas de objetos o seres vivos.
El vinil de Lazaretto (2014) de Jack White incluía un ángel que se reflejaba con la luz correcta. Esta semana, se anunció que el vinil de la banda sonora de Star Wars: The Force Awakens incluirá la misma ilusión óptica (pero se moverá mientras gira el disco en la tornamesa).
En abril, la revista Wired publicó que, gracias a su aparato de locación corporal Kinnect, Windows lleva la ventaja en la proyección tridimensional, una tecnología con visores de realidad virtual y a la que llaman “holoportación” (porque tampoco son hologramas).
Así que, si los famosos que resucitan no son hologramas, ¿qué son?
Una tecnología llamada Musion Eyeliner que utiliza una imagen bidimensional, plana, que se refleja por una pantalla LED y que rebota en una película colocada a 45 grados hacia una audiencia, desde donde parece una imagen tridimensional. O sea, una aplicación moderna del fantasma de Pepper.
Cuando el alemán Uwe Mass patentó la tecnología no contaba con usarla para revivir a celebridades. Mass tenía los derechos en Europa, donde se alió a pequeñas productoras. Cuando el boca en boca corrió la noticia hasta Hollywood, la licencia estadounidense fue primero administrada por Textor (a cargo de Digital Domain).
Mass colaboró voluntariamente con Textor para el espectáculo de Tupac, el cual, además del sistema Musion, puso en acción las habilidades de animación digital de la empresa estadounidense, proyectando sobre el cuerpo real de un actor .
Textor comenzó una lucha para desestabilizar a la empresa de Mass en Europa y obtener la patente. No obstante, al mismo tiempo, Musion llamó la atención de Alki David, un empresario griego conocido tanto por tener una de las fábricas de embotellamiento de Coca-Cola más grande del mundo como por juntarse con los tipos más escandalosos de Hollywood, incluyendo el controversial Charlie Sheen.
Antes del espectáculo de Michael Jackson, Textor perdió la tenencia de las licencias de la tecnología de Mass, algo irrelevante porque tenía el conocimiento de cómo operaba el sistema.
En el periodo previo a la presentación, David fundó Hologram USA para aplicar la patente de Mass. Asimismo, comenzó a negociar los derechos de imagen de varias estrellas difuntas: los cantantes, Whitney Houston, Buddy Holly, Celia Cruz; el pianista Liberace; los actores Judy Garland y Bernie Mac; y hasta el comediante Andy Kauffman.
Después de la presentación de Jackson en los premios Billboard, David demandó a Textor por infringir el contrato de la patente.
La historia habría pasado desapercibida, pero ambos empresarios llevaron la pelea a las redes sociales y comenzaron a difamarse con imágenes amenazantes (David etiquetó a Textor en una fotografía de Adolf Hitler en Instagram) y calumniándose el uno al otro con clientes potenciales (ambos han usado el calificativo “sociópata”).
En una lucha tanto legal como pública que duró dos años, la pelea se resolvió silenciosamente en enero pasado. Ninguna de las empresas quiso revelar que pasó , pero Pulse Evolution tuvo que retirarse del negocio de los hologramas. La más reciente noticia es que están desarrollando un cantante virtual, sin tomar la imagen de ningún difunto famoso.
Hologram USA, por otro lado, ha retomado desde entonces la difusión de su trabajo. En su perfil de Facebook, con apenas 479 fans, se proclaman los “líderes de la resurrección humana”.
En los últimos meses, David ha confirmado no solo una tour completo de Whitney Houston sino presentacines de Judy Garland y un show de comedia con Andy Kauffman. El destino del resto de derechos negociados todavía es incierto.
La única certeza que han confirmado es que, fantasiosa o no, hay vida después de la muerte para las celebridades cuyos herederos accedan a ceder sus derechos de imagen. Del polvo vienen, en hologramas se convertirán.