El museo del Dínamo de Kiev guarda muchos recuerdos de los 12 juegos del FC Start, en plena Segunda Guerra Mundial. Estos hicieron historia hace 70 años, cuando el club ganó a selecciones de países ocupados por la Alemania nazi.
El equipo lo formaban prisioneros ucranianos, quienes vivían y trabajaban en una destartalada panadería muy vigilada por guardias alemanes, pero que seguían aptos para jugar al balompié.
Ocho eran exjugadores profesionales del Dínamo, y tres, del Lokomotiv, los dos mejores clubes de Ucrania en aquella época.
Entonces, las fuerzas armadas del Tercer Reich –en las que se enrolaron los mejores futbolistas de Alemania– habían arrollado con un ataque sorpresivo al Ejército Rojo, y le causaron un millón de bajas entre muertos, heridos y presos, en setiembre de 1941.
El dueño de la panadería, el checo Josef Kordik, tuvo la idea de agrupar a los mejores jugadores ucranianos en un equipo, luego de que los invasores alemanes crearon un campeonato de futbol.
Cada duelo ganado, era una exaltación patriótica ucraniana y a los nazis el asunto no les gustaba. El equipo de enfermos y desnutridos futbolistas se convirtió en un ejemplo de orgullo y heroísmo, símbolo de la resistencia, el patriotismo y la esperanza de libertad.
Desde el 7 de junio de 1942, el FC Start realizó 12 choques, los ganó todos, marcó la friolera de 56 goles y recibió 11. Aquí los alemanes vieron la ocasión para que la raza aria demostrara su superioridad deportiva, y presionaron a sus rivales para que se dejaran vencer.
Los ya ancianos guardianes del museo del Dínamo de Kiev, testigos de los hechos de hace siete décadas, todavía cuentan que el último reto disputado por el FC Start contra Flakelf, un combinado de las fuerzas armadas nazis de ocupación –sobre todo de la Luftwaffe (la defensa antiárea)– fue conocido como “el partido de la muerte”.
Fue así como el 6 de agosto de 1942 se dio el primer encuentro y el FC Start lo goleó 5-1. Los militares pidieron la revancha para el 9 de agosto, para lo cual se designó como árbitro a un oficial de las Waffen SS –la temida organización nazi implicada en crímenes de guerra–, que se parcializó y no hizo caso a las faltas violentas del Flakelf.
Los jugadores del Start fueron advertidos de que, si derrotaban a los alemanes, serían ejecutados. A pesar de esa amenaza, decidieron jugar como siempre para ganar, incluso antes del cotejo se negaron a dar el saludo nazi, “¡
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Todo iba bien para el Flakelf, que anotó el primer gol. Pero el FC Start remontó y terminó ganando 2-1 el primer tiempo. Al vestidor de los prisioneros arribó otro oficial, quien les enfatizó que los alemanes jamás habían perdido un partido en los territorios ocupados.
Mas los ucranianos volvieron al campo y recetaron más goles. El defensa del Start, Oleksey Klimenko, hizo la jugada más valiente en la historia del futbol. Solo ante la portería, demostró a sus verdugos que no era como ellos: les perdonó y adrede falló el gol. Regateó al portero y optó por darse media vuelta y rematar al centro del campo.
La afición ucraniana en el estadio Zenit estalló de alegría por el triunfo 5-3, que humilló el orgullo alemán. Días después, las amenazas a los dignos prisioneros se cumplieron y la victoria se pagó con la propia vida.
El Start hizo un duelo más, el 16 de agosto del 42, y goleó 8-0 al Rukh, el equipo local protegido por el régimen nazi. El resultado irritó de tal forma a la Gestapo, que no hubo más juegos.
La excusa alemana fue arrestarlos por ser espías soviéticos y pertenecer al ente represor de Stalin, y enviarlos a Syretz, un duro campo de concentración.
El destino... fatal. Uno murió torturado, tres fusilados (febrero de 1943) y otros cuatro incapacitados para practicar futbol.
El resto del grupo que sufrió el trágico pasaje, sobrevivió. La historia se supo gracias a ellos.
El 16 de noviembre de 1943, el periódico soviético
“El partido de la muerte” llamó la atención del público en 1958, después de que el periodista Petro Severov escribió el artículo “El último duelo”, en el diario
Dos películas soviéticas,
Por eso, hace un año, cineastas rusos y ucranianos rodaron la película
La cinta, dirigida por Andrei Maliukov, fue prohibida en un inicio por las autoridades en Ucrania, por el temor de reabrir viejas heridas que incitaran a la violencia contra la selección alemana y sus aficionados en la Eurocopa, que este país acogerá, junto a Polonia, entre el 8 de junio y el 1.° de julio. Finalmente, el estreno se dio hace un mes.
Hoy, los miembros del museo y la afición del Dínamo alaban el pundonor de los héroes del Start, cuyos nombres figuran, desde 1971, en un monumento en el estadio Zenit. Su trágico relato se transmite de padres a hijos y está en los libros de texto de los colegios de Kiev.
Y quienes fueron testigos del “partido de la muerte” y conservan una entrada del encuentro de 1942, tienen asegurado, de por vida, un pase para asistir a todos los juegos del Dínamo. La “culpa” fue de 11 prisioneros de guerra que, sin armas y en un campo de futbol, honraron a más de 300 futbolistas judíos que desaparecieron, derrotaron al invasor nazi y devolvieron la esperanza a todos sus compatriotas.