El comer dependiendo de las emociones es un problema común en mujeres y hombres. Se presenta cuando las personas recurren a la comida para calmar su ansiedad, sentirse mejor de la depresión o aliviar la angustia, incluso cuando no tienen hambre. La gente con patrones normales para comer puede sufrir algún episodio esporádico de "comedor emocional". Sin embargo, si esto ocurre con frecuencia se convierte en una compulsión donde las emociones (en vez del hambre) dictan cuándo y cuánto se come.