Hace 16 años, mi mamá fue diagnosticada con cáncer de seno. Quizás debería iniciar mi historia describiéndoles todo el dolor, angustia y tristeza que esta enfermedad trajo a nuestras vidas. Sin embargo, prefiero recordar toda la valentía, tenacidad y fuerza con la que mi mamá luchó para salir adelante. El tiempo todo lo cura, y ahora parece lejano todo lo vivido.
Provenimos de El Salvador y soy hija única. Vivimos en Costa Rica hace más de 30 años y les puedo asegurar que este ha sido el momento más difícil de nuestras vidas. Solo nosotras dos vivimos aquí; el resto de nuestra familia está en El Salvador, así que las dos le hicimos frente a lo que se venía. Yo tenía 20 años y estaba estudiando; mi mamá, como siempre, trabajando muy duro para salir adelante. Gracias a Dios y a los médicos, mi mamá tuvo suerte y la operación fue programada a tiempo, no sin antes pasar casi un mes en el hospital San Juan de Dios, “cuidando cama”.
El desánimo y la depresión llegaban a menudo. Yo iba a visitarla al hospital todos los días. Trataba de llenarla de esperanza y le decía que yo estaba segura de que la cirugía iba a ser un éxito; Dios siempre me dio esa certeza. Después de la mastectomía, vino la quimioterapia y, con ella, los terribles efectos secundarios.Y es aquí donde surge lo que al principio les relataba: valentía y fuerza.
Ahora que recuerdo, mami prácticamente no faltó al trabajo, excepto cuando el malestar iba más allá de sus ímpetus. Lloramos, claro que lloramos, pero también sonreímos por toda la ayuda y la solidaridad de nuestros amigos y familiares.
Hoy quiero externar toda mi admiración a mi mamá por luchar como lo hizo y agradecer a los ángeles terrenales que siempre estuvieron con nosotras. ¡Gracias! Aprendimos a vivir el día a día. No fue fácil… Ahora soy yo la que cuido de mí.
El antecedente familiar me obliga a estar aún más alerta. Sin embargo, no vivo con temor; solo tenemos una vida y debemos velar por ella. Las invito a cuidarse mediante la prevención. Hagamos lo humanamente posible para que todas tengamos la oportunidad de ser abuelas, como lo es mi mamá hoy.