Jason Collins levantó su larga mano y dijo “soy diferente”. La tendencia de anunciarse homosexual en el mundo de los deportes profesionales no es nueva en los países desarrollados. Sin embargo, la tensión ansiosa sobre quién sería el primero en los Estados Unidos se rompió por fin el lunes pasado cuando Collins, jugador de la NBA, anunció en un elocuente artículo para la versión electrónica de Sports Illustrated que había llegado el momento cumbre de un proceso de autoconocimiento.
Existe un crecimiento de las opiniones favorables de los estadounidenses con respecto a los derechos de la población LGBTI (lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexo). Con este clima propicio en la opinión pública, la interrogante no era si algún atleta profesional se atrevería a anunciar su homosexualidad, sino cuándo.
Nicholas McCarvel, reportero de The Daily Beast , reflexionó : “Como un escritor gay que trabaja en deportes, no puedo decirles cuántas veces amigos y colegas me han preguntado cuándo esto iba a pasar en un deporte importante. ¿Mi respuesta? ‘Sean pacientes’”.
Jason pidió a Sports Illustrated contar su historia en primera persona, según reportó luego The New York Times . Lo que siguió fue un relato explosivo que hizo trabajar a marchas forzadas la página de Internet de la publicación deportiva. El testimonio fue narrado por el protagonista a corazón abierto en un texto entretenido y sincero, escrito a dos manos junto al periodista Franz Lidz.
Esta es la historia de una vivencia dramática pero ordinaria –“salir del clóset”– narrada por una persona extraordinaria –un jugador activo de la principal liga de baloncesto del mundo–.
¿Quién es Jason?
En su artículo, Jason se presenta como un muchacho que creció en los suburbios de Los Ángeles. Durante la mayor parte de su vida, el jugador se resistió a su homosexualidad. Incluso en algún momento llegó a estar comprometido con una mujer.
“Algunos de nosotros sabemos y aceptamos nuestra sexualidad inmediatamente, y algunos necesitamos más tiempo de cocina. Yo debería saberlo: yo me horneé por 33 años”, dijo el jugador, quien hoy tiene 34.
Jason decidió compartir su secreto luego de que su antiguo compañero de habitación en la Universidad de Stanford, el congresista por Massachusetts Joe Kennedy, participara en la marcha de orgullo gay de Boston en el 2012. Hasta entonces, su tímido activismo solo se había manifestado al escoger el 98 para su camiseta cuando jugó para los Celtics y luego con los Wizards. El número hace referencia al año 1998, cuando fue torturado y asesinado el joven homosexual Matthew Shepard, un crimen cruel que indignó a la comunidad LGBTI.
Su primera confesión la hizo a su tía, quien le replicó que lo había sabido por años. Posteriormente, se reveló ante un tío suyo quien también es gay, y de quien dice que es su modelo.
Su hermano gemelo, quien también es jugador de la NBA, sí quedó profundamente impactado ante su revelación una mañana del verano pasado, aunque para la cena, Jason dice que su hermano menor ya estaba dispuesto a protegerlo.
Su abuela materna fue quien más se opuso a su decisión de anunciar públicamente su orientación sexual.
“Ella se preocupa de que me estoy abriendo al prejuicio y al odio. Le expliqué que, en cierto modo, mi salida es preventiva. Yo no debería tener que vivir bajo la amenaza de ser descubierto. El anuncio debe ser el mío, no de (el portal de chismes) TMZ ”, escribió el jugador.
En la cancha, él se autodefine como un jugador rudo. Aunque dice no estar orgulloso de ello, cuenta que en alguna ocasión un jugador de otro equipo debió abandonar la cancha en una camilla luego de una falta suya. Añade además que es un jugador que no busca protagonismo y que está dispuesto a sacrificarse por su equipo.
La prensa deportiva destaca que, a su edad, Jason Collins ya es un veterano con un rendimiento en decadencia. Recientemente, el jugador militó con los Celtics, y luego con los Wizards. Ahora es un “agente libre”, lo que quiere decir que no tiene un contrato firmado con ningún equipo. La prensa especializada tiene algunas dudas de que sea contratado para la siguiente temporada.
El periodista Josh Levin, de Slate , comenta : “La valentía de Collins al ‘salirse del clóset’ no disminuirá si nunca juega en la NBA otra vez. Pero sería bueno para la liga, y para los jugadores aspirantes tanto gais como heterosexuales, verlo en la cancha, incluso si solo es para hacer unas cuantas paradas mientras un mejor jugador descansa”.
Mientras el futuro profesional de Jason Collins es incierto, su presente se llenó de certidumbre: “Soy mucho más feliz desde que decidí sincerarme con mis amigos y mi familia. Ser genuino y honesto me hace feliz”.