Acá la fiesta se acaba a las 9 de la noche en punto y, como dice el chiste, “nada de caritas”.
En realidad, nadie las hace: la hora de cierre se respeta a rajatabla, todos la entienden y los iniciados se adaptan sin problema alguno.
Los viernes y sábados existe una hora de gracia: las cosas del fin de semana.
Además, como no podía ser ser de otra forma en un país futbolero, los días de partido existe “tiempo de descuento”: tampoco se trata de que a nadie se le atragante la comida (una ración generosa).
En Garro’s, el momento de cerrar puertas es sagrado, se cumple con la puntualidad de un caballero inglés y la rigurosidad de un gendarme alemán.
“Fijate que es una decisión muy personal, como es un negocio familiar...”, comenta Henry Garro, quien dirige el negocio junto a sus dos hermanos, Johnny y Mario, y su hijo Cristian.
Acá no funciona el viejo truco de que la clientela se queda adentro mientras consuma.
“Sí se da un chancecito, un poquito más; pero no nos toma más de las nueve y media”, agregó.
De alguna forma, en un país repleto de díscolos –para decirlo de forma decente– , en Garro’s encontraron la fórmula de la disciplina.
“La gente entiende y eso que ya no solo viene gente del pueblo. Está como educada”, expresa don Henry..., sin evitar una sonrisa.
Garro’s conserva un ambiente rústico y una atmósfera rural: el reloj retrocede, al menos tres décadas.
Con sus ventanales amplios, mesas y sillas de madera: usted está en un lugar de pueblo, a pesar de que a San Pedro se lo tragó San José hace bastante rato.
Imperdible
Se encuentra frente al polideportivo de Monterrey desde hace 43 años. Lo abrió Fernando, padre de don Henry, quien falleció el mes pasado a los 98 de edad.
“Papá llamó a mi hermano Johnny y él me llamó a mí, y acá estamos”, comentó don Henry.
Acá sí es cierto que no existen los ingredientes artificiales. “No hemos querido meterle mesas de aluminio, no. Preferimos las de madera, todo es de antaño”.
Se dice que el trabajo en un bar es de esclavos; acá le torcieron el brazo al dicho.
“Los feriados no abrimos, solo si cae en viernes o sábado; la Semana Santa no se abre; en diciembre, nos vamos por ahí del 18”, apuntó don Henry.
Garro’s es Garro’s y un rotulito deja en claro a qué se viene: “Aquí se viene a tomar y a comer, las escenas amorosas quedan para después”.