Fortaleza, Brasil. El técnico uruguayo, Óscar Tabárez, es de esos que con una mirada pueden poner a cualquiera de vuelta en el asiento. Tiene presencia, tiene respeto, tiene trayectoria.
Sus arrugas, sus canas, adquiridas tras décadas metido en el fútbol, no vienen de gratis.
Todo eso lo llevó a intentar poner a Jorge Luis Pinto contra la pared, al darle la alineación: “Muslera, Maxi Pereira, Lugano, Godín, Cáceres, Gargano, Arévalo Ríos, Stuani, Rodríguez, Forlán y Cavani”, dijo sin tapujos en una conferencia de prensa realizada en la Arena Castelão, adonde hoy se medirán sus pupilos ante la Selección de Costa Rica.
Lo hizo con la intención de presionarlo, de comprometerlo.
¿Por qué? Porque todos saben cómo jugará la Celeste desde hace días. Así lo expuso el propio Pinto unos minutos después.
Mientras que en la Tricolor aún hay tres incógnitas. Sin duda, un juego de estrategas.
El cafetero no “cayó”, pero quedó demostrado que Tabárez apelará a todo para ganar. Le urge, puesto que este compromiso puede sentenciar a alguno de los dos equipos en el Mundial.
Quizás, con los nombres relatados antes, pareciera que tales tácticas no son necesarias. En la formación hay fuerza y juego aéreo en la defensa, recorrido y recuperación en el medio y olfato de gol en el ataque. Además, hay demasiada experiencia.
No obstante, esto es un Mundial y un buen timonel no deja ningún tema sin cubrir. Más si queda confirmado que su mejor jugador, Luis Suárez, no está al 100% para arrancar el duelo.
Inclusive, trajo el buen ánimo de Muslera a la rueda mediática. No hay razón para “picar” más al oponente con alguien como Lugano, que no está para maquillar absolutamente nada.
“Pensamos humildemente. El traje de favoritos nunca nos quedó bien”. dijo primero.
“Costa Rica tiene muy buenos delanteros que juegan en Europa, tienen velocidad y remate de media distancia”, agregó luego.
“Keylor Navas es un gran portero. Por eso es el mejor de España. Lo he seguido”, sostuvo.