Recife, Brasil. Costa Rica regresó hoy a la sede del mejor partido que hizo en su historia: Recife.
Allí, en el estadio Arena Pernambuco, el pasado 20 de junio, la Tricolor derrotó con un fútbol casi perfecto a la tetracampeona del mundo, Italia, para clasificarse de forma sorpresiva y heroica a la ronda de los octavos de final.
“Es una alegría volver a ese estadio y a esa ciudad, donde logramos algo muy grande. Ojalá podamos ganar y seguir haciendo historia ahí”, expresó el capitán y mediocampista Bryan Ruiz, tras el partido ante los ingleses, con el cual se cerró la fase de grupos.
La Sele aterrizó anoche, a eso de las 9 p. m. (6 p. m., hora tica), en el aeropuerto Gilberto Freyre, de cara al duelo de mañana ante Grecia.
Una vez más, al llegar al hotel, el equipo fue recibido por unos 150 aficionados ticos, que aún resisten en Brasil a pesar de los altos costos de hospedaje y traslados de la época. La posibilidad de engrandecer la hazaña así lo amerita.
Hoy la Tricolor reconocerá la cancha del reducto en la tarde, la cual se vio azotada en los últimos días por la lluvia y el calor que comúnmente se alternan en la capital del estado pernambucano. Inclusive, existe la posibilidad de que solo se pueda caminar por el césped.
Esta será apenas la segunda vez en la que Costa Rica dispute un partido en esta instancia. La otra se remonta a Italia 1990.