Río de Janeiro. AP Marcelo Gómez se subió a un autobús tras ir a un partido en el estadio Maracaná, donde se jugará la final de la Copa Mundial y se sentó en un asiento. Un adolescente se acomodó a su lado y otro detrás suyo.
El que estaba a su lado le dijo que entregase su billetera y su teléfono celular, susurrándole que su amigo tenía un arma. Gómez, un camionero de 35 años, no vio el arma, pero como es común en Brasil, donde los delincuentes matan si alguien se resiste, entregó sus pertenencias. Los muchachos le robaron luego a otro pasajero y a otros más.
Estos asaltos en transportes públicos, en playas públicas y en zonas turísticas están aumentando en Río de Janeiro, anulando los progresos registrados en tiempos recientes con miras a los siete partidos del Mundial a jugarse ahí.
Los robos en los autobuses, el principal medio de transporte de esta metrópolis de 12 millones de habitantes, se duplicaron el año pasado, según IPS, agencia que lleva estadísticas relacionadas con temas de seguridad.
Tan solo en enero se reportaron más de 420 episodios, comparado con los 195 del mismo mes el año pasado, con lo que se volvió a los niveles máximos de hace cuatro años.
También han aumentado los robos y asaltos que no tienen lugar en el transporte. En los primeros tres meses del año subió un 60% la cantidad de robos en el barrio de Copacabana en relación con el mismo período del año pasado.
Paulo Storani, experto en temas de seguridad, dice que al menos la mitad de las 12 subsedes del Mundial han registrado un aumento en la incidencia de delitos violentos. Lo atribuyó a una sensación de impunidad reinante.
“La gente no reconoce la autoridad de los funcionarios del gobierno y por ello los delincuentes se sienten más confiados, creen que no serán arrestados ni castigados”, dijo Storani.
Alertados. Los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania han alertado a sus ciudadanos sobre la cantidad de robos en autobuses, bancos y cajeros automáticos.
La situación con el transporte público de Río es tan grave que algunos legisladores propusieron la creación de un batallón especial encargado de vigilar los 9.000 autobuses que recorren la ciudad. El gobernador de Río, Luiz Fernando Pezao, aparentemente apoya la propuesta, pero la iniciativa tiene que sortear escollos legislativos.
El jefe de seguridad del estado de Río, José Mariano Beltrame, aumentó en un 20% la cantidad de agentes durante el Mundial.
Pero ante el empeoramiento de la situación, la gente está apelando a la Internet en busca de ayuda. Un portal llamado Donde Me Robaron permite al usuario marcar con precisión el sitio donde fue asaltado, le llevaron el auto o se cometieron otros delitos.
Los usuarios afirman que en lo que va del año se han reportado más de 360 asaltos solamente en el transporte público.