Aunque decenas de futbolistas salieron de los clubes de Costa Rica para disputar una Copa del Mundo, han sido pocos –poquísimos– los que han seguido el camino inverso.
A la Primera División del fútbol costarricense han llegado solo cinco jugadores extranjeros que participaron en un Mundial.
El primero de esos mundialista en arribar a un club nacional fue el legendario volante uruguayo Julio César Pocho Cortés.
El suramericano traía en su maleta tres Mundiales (Chile 1962, Inglaterra 1966 y México 1970), en los que sumó diez encuentros y un gol (ante Francia, el 15 de julio de 1966, en Londres).
Llegó procedente de El Salvador para jugar con Guanacasteca entre 1976 y 1978. Aquí disputó 80 partidos y anotó cuatro goles.
Por esos años se vinculó al Cartaginés el salvadoreño Luis Baltazar Ramírez, el Pelé Zapata , que en España 82 pasaría a la historia como el anotador del gol de la honrilla ante Hungría, en el famoso 10-1, la mayor paliza de los Mundiales.
Ramírez jugó entre 1977 y 1978 con los brumosos, anotó 11 goles y fue subcampeón nacional.
Otro mundialista salvadoreño fue Norberto Pajarito Huezo, que cinco años después de jugar en España 82 se enroló con el Herediano.
En el Team jugó la temporada 1987-1988 en la que resultó campeón nacional.
Esa temporada registró también el arribo de otro mundialista al fútbol nacional, el hondureño Roberto Macho Figueroa.
El goleador catracho en España 82, jugó en 1988 para el Cartaginés. Lo hizo en 15 juegos y concretó solo cuatro goles.
El último mundialista que recaló en un club tico fue el mexicano Francisco Kikín Fonseca.
Luego de jugar y anotar en Alemania 2006, el delantero azteca llegó a inicios de este año como refuerzo al Santos de Guápiles.