El Campeonato Mundial es la principal vitrina para un futbolista. Nadie lo duda. Entre los millones de ojos que ven cada partido de una cita planetaria hay muchos que pertenecen a agentes y scouts que tratan de amarrar a lo mejor de cada selección.
Costa Rica no fue la excepción. Luego de de las Copas a las que asistió, 13 jugadores lograron “pescar” un contrato, ya fuera para salir del país o bien, si ya estaban en el extranjero, para dar un salto a un mejor club.
Primero sucedió en Italia 1990. Allí, más allá de que la Sele era una representación desconocida para el planeta, tres de los cuatro anotadores ticos fueron fichados por clubes europeos.
Hernán Medford y Ronald González para el Dinamo Zagreb, en ese entonces todavía de Yugoslavia (ahora de Croacia) y Juan Cayasso para el Stuttgart Kickers de la Bundesliga alemana.
También se fue Luis Gabelo Conejo para el Albacete de España, equipo en el que aún es ídolo.
El delantero Claudio Jara dijo ayer que por los logros alcanzados pudieron ser más, pero no fue así dado que la Tricolor que participó en ese Mundial ya era un equipo curtido y en su mayoría entrando a los 30 años.
Después, en la cita de Japón y Corea del Sur 2002, aunque no se avanzó a segunda ronda y no se superó la gesta del verano italiano, la Tricolor ofreció un emocionante certamen, logrando mover a seis futbolistas.
Gilberto Martínez se fue a la Brescia de Italia, Walter Centeno y Mauricio Wright al AEK Atenas de Grecia, Carlos Castro a Rubin Kazan de Rusia y Mauricio Solís al OFI Creta, también griego.
Por su parte, Winston Parks, quien era ficha del Udinese italiano, fue transferido a Lokomotiv de Moscú de Rusia.
Cortados. Finalmente, el desastre que significó ser penúltimos de Alemania 2006 sin duda le cortó los sueños a algunos.
De los jugadores más jóvenes, solamente Randall Azofeifa logró llamar la suficiente atención del Gent de Bélgica.
Mientras que de los experimentados, Luis Marín se fue a Maccabi Netanya de Israel, Paulo César Wanchope a Rosario Central de Argentina y Ronald La Bala Gómez al Apoel de Chipre. Empero, fue más por trayectoria que por hacer un gran Mundial.