Fortaleza, Brasil. AFP Louis van Gaal, con sus decisiones tácticas, está ayudando al buen Mundial que realiza el equipo de Holanda, clasificado a cuartos de final de Brasil, y, de paso, este técnico, polémico y muy criticado, lleva a cabo su particular venganza.
Corría el año 2006 y Louis van Gaal estaba como loco por entrenar a una selección. En una entrevista a Catalunya Radio lanzó un deseo por si alguien le quería oir: entrenar a un equipo nacional con ambiciones.
“Tengo la ambición de entrenar a Argentina o España, en general a una selección grande, porque a nivel de clubes ya lo he ganado todo y a partir de 2008 me gustaría hacerme cargo de una que pueda ganar el Mundial”, señaló en octubre de ese año.
Dirigir a Holanda parecía inaccesible, debido al paso anterior de Van Gaal por el combinado tulipán, al que había dirigido en la fase de clasificación del Mundial 2002 y no logró clasificarse.
Su país quedaba fuera de un Mundial por primera vez desde 1986. Tras aquel fracaso, Van Gaal regresó al Barcelona.
En aquella entrevista en 2006, Van Gaal también se mostraba dispuesto a entrenar “a alguna selección de África” e incluso a Brasil o Inglaterra, “que últimamente no está jugando bien”, dijo.
Pero se veía capaz de hacer a España ganar un título, en una época en que la Roja no acababa de imponerse, aunque a partir del 2008 comenzaría a sumar galardones, como las Eurocopas de 2008 y 2012, y el Mundial de 2010.
“España puede ganar campeonatos. Otras selecciones, como Bulgaria, por ejemplo, no”, añadió.
Tras obtener varias ligas con el Barcelona y el Ajax, con el que sumó también una Liga de Campeones, una Intercontinental y una Copa de la UEFA, buscaba de nuevo una selección para demostrar que su fracaso con Holanda, en 2002, fue una anécdota.
Pero le vino una propuesta del Bayern Múnich, donde estuvo dos temporadas y ganó una liga.
A continuación le llegó la oportunidad de entrenar de nuevo a Holanda en 2010, cuatro años después de haber lanzado sus ganas de dirigir una selección. Tenía la oportunidad de tomarse la venganza de la fase de clasificación en el 2002.
Revancha. Ahora, en cada rueda de prensa toma la revancha sobre los que no creían, autoproclamando sus tácticas como la clave.
“Lo hemos hecho tan bien porque somos un equipo muy compacto. Mi equipo ha ejecutado mi plan a la perfección”, presumía el entrenador holandés tras la goleada que logró su equipo en el debut de Brasil 2014 contra España con un 5-1.
Tras el triunfo ante México por 2-1 en octavos, volvió a alabarse a sí mismo y a sus decisiones, al aprovechar la pausa para hidratarse; ahora su mira está en Costa Rica.