La notoriedad que consiguieron los mejores seleccionados en Brasil 2014 tuvo una receta simple pero efectiva: contar con planteles equilibrados y organizados.
Los expertos del Grupo de Estudio Técnico de la FIFA así lo aceptaron en su reporte del Mundial, que editaron el 15 de agosto.
Selecciones como el monarca Alemania y el tercer lugar Holanda dieron muestras de un sólido juego colectivo en todo el torneo.
Incluso, la Mannschaft rompió el hechizo que perseguía a los europeos, según el cual no se proclamaban campeones mundiales en el continente americano.
“Las escuadras más exitosas estuvieron óptimamente organizadas y plantearon esquemas muy efectivos, generalmente con cuatro hombres de contención”, dijeron los analistas de la FIFA.
El criterio que exhibieron en el documento estableció que “la táctica principal era utilizar a los jugadores en la posición en que se pudieran rendir lo mejor para el equipo, por lo que la organización fue una de las llaves del triunfo”.
En opinión del organismo, la cita de Brasil 2014 comprobó que nunca antes se había desplegado un fútbol tan rápido y con tanto ritmo de juego y fuerza colectiva.
“Los equipos que llegaron más lejos dispusieron de futbolistas muy valiosos en todas las zonas, que tenían gran incidencia en el juego por su labor, gran protagonismo, personalidad y destacadas acciones”, apuntó la FIFA.
Y concluyó que el torneo fue “extremadamente equilibrado”. Ocho de los 16 partidos de la segunda ronda pasaron a los tiempos extras y cuatro se desempataron en los penales, como los duelos de Costa Rica con Grecia en octavos y Holanda en cuartos.