“Cuando alguno pretenda tu gloria manchar, verás a tu pueblo valiente y viril…” La estrofa del Himno Nacional fue sin duda la más coreada la noche del viernes en el Estadio Nacional y la enorme vibra se hizo sentir a lo largo y ancho de La Sabana.
Casi seis meses atrás, la Tricolor recibió una dolorosa cachetada, justo ahí donde más duele: en el orgullo patrio.
Bajo la gruesa capa de nieve, en plena tormenta y en las propias narices de la FIFA, la Selección Nacional cayó 1-0 en marzo anterior ante Estados Unidos en el Dick’s Sporting Goods Park, en Denver, y lejos de desmoralizarse por la humillación sufrida, aquella situación fue el impulso ideal para estar hoy a un paso de Brasil.
Y es que hubo un antes y un después de aquel juego.
Tras salvar un empate en Ciudad de Panamá, la afición comenzó a llenar de dudas el camino de la Tricolor, dudas sobre todo en el accionar de Jorge Luis Pinto.
Vibrante. Pero la fuerte nevada, aquella tormenta que imposibilitaba el solo hecho de caminar en la gramilla, sirvió para que afición, cuerpo técnico y jugadores se unieran en una sola voz para buscar juntos el boleto al Mundial.
“Hay que reconocer que ese partido en la nieve unió a todo un país entero para conseguir los resultados que se han dado.
“Ese juego unió a la afición, periodistas e incluso hasta nosotros mismos y hoy estamos viendo reflejado los resultados de esa situación tan difícil que pasamos”, expresó el capitán Bryan Ruiz.
Para Michael Umaña, la comunión entre público y Estadio Nacional se hizo notorio en la entonación del Himno Nacional.
“No puede haber mayor motivación que escuchar el Himno Nacional cantado como lo vivió hoy (ayer) la gente. Como nos hicieron sentir, creo que era justo y necesario darles al menos un gran esfuerzo”, manifestó Umaña.
Pese a que la afición pidió el estadio Ricardo Saprissa, el viernes los gritos de 35.000 almas se hicieron sentir en el Estadio Nacional, que no paró de alentar en ningún momento a la Sele .
La Joya de La Sabana es el fortín para los seleccionados, que afirman sentirse muy cómodos con el impulso que sienten en la gramilla natural del Nacional.
“Estamos jugando bien y ya todos sabemos y conocemos cómo jugar aquí (Nacional). Estamos muy contentos y con una alegría inmensa, pero aún falta lo más importante para clasificar”, explicó el volante Yeltsin Tejeda.
Afición, estadio, cuerpo técnico y jugadores se unieron en las dos anotaciones de la Tricolor .
El mejor ejemplo de ello fue la corrida eufórica del asistente técnico Paulo César Wanchope, quien dejó el banquillo para unirse al festejo junto con los jugadores. Colaboró el periodista de La Nación, Juan José Herrera.