El Tri mexicano sigue encontrándose con gigantes en el camino al añorado quinto partido. Esta vez no es Argentina, como en Alemania 2006 y Sudáfrica 2010, pero puede que sea hasta peor...
Es Holanda, al que pocas apuestas se atreven a dejarla de lado como el favorita a la Copa.
Esa naranja pragmática de Louis van Gaal será el encargado de medir la convicción del “sí se puede azteca” en tierras brasileñas.
Holanda polifacética. El grupo B los holandeses lo cabalgaron con marca perfecta mostrándose pragmáticos, a cada equipo su veneno. Sin casarse con el romanticismo del fútbol total, ni ceñirse en un estilo defensivo, van Gaal le supo encontrar la respuesta a los dilemas para arrodillar a España en las primeras de cambio, aniquilar la esperanza australiana y domar al ataque chileno.
Tiene en Arjen Robben al jugador en mejor forma del Mundial, candidatazo a figura de la Copa y dueño de una gambeta que en este momento deja tendido a cualquiera que lo intente parar.
Los atestados le sobran a unos tulipanes que ven los octavos como solo un paso más en su camino a la final y la reivindicación.
Sueño inmortal. El Piojo es sordo a todo pesimismo. Tomó a la misma selección que hizo el ridículo en la eliminatoria y ya la colocó en la segunda fase de Brasil 2014.
A Miguel Herrera ya no se le puede pedir más, pero difícilmente se va a conformar.
El Piojo no abandonará su verbo que prédica que México no se puede colocar límites y al Mundial llegaron para ganar todo.
Con una las mejores defensas, con solo un gol permitido, y Guillermo Ochoa elevado como figura del certamen, el Tri tiene ese cargo de confianza y, de seguro, no se dejará amedrentar.