Santos, Brasil. Un Playstation 3, un futbolín, una mesa de pool y otra de póker son las opciones que tienen los jugadores costarricenses para olvidarse, aunque sea un rato, de sus rivales en el Mundial.
La preparación y concentración por parte de los futbolistas en todo el proceso fue intensa. Eso lo agradece el técnico Jorge Luis Pinto, quien, aunque se obsesiona con el trabajo, no se olvida que no todo puede ser fútbol.
De esa manera, durante todos los días que el equipo estuvo en el campamento en Santos, se dio por lo menos una hora al día para que el plantel disfrute de esa área recreativa del hotel Mendes Plaza.
“Tenemos un campeonato de ‘Play’, también de futbolín. Es bueno porque nos refresca un poco la mente, nos distrae, aunque sí son bien competitivos”, dijo el defensor Óscar Duarte.
“No le respondo mucho, porque yo hago exactamente lo que acaba de decir él”, expresó entre risas el zaguero Christian Gamboa, señalando a su compañero.
El espacio se abre justo después de la cena, que siempre está para las 7 o 7:30 p. m., según informó el jefe de prensa de la Fedefútbol, Manuel Muñoz. Se extiende desde que terminan de comer a las 9:30 p. m., cuando se les ordena regresar a sus habitaciones para ir a dormir.
Una vez. No obstante, ante la nueva ola de presión que representa jugar los octavos de final, el miércoles la rutina varió un poco y se les dio la tarde libre. Por primera vez pudieron salir por su cuenta a conocer un poco del municipio playero.
“Tuvimos un par de horas para salir un poco de la rutina que representa estar en el hotel. La ciudad es muy linda”, apuntó Duarte.
Dentro de tanta regulación, otra indicación que deben cumplir es que, aunque tienen Internet, no pueden hacer ni recibir llamadas. Fue un compromiso que hicieron.
Inclusive, el contacto cara a cara con familiares es limitado. Por ejemplo, los que tienen a sus parejas en Brasil solo pudieron verlas después de los juegos y en un par de actividades sociales que se agendaron. Hoy tendrán una.