Pese a que hoy su persona se erige como figura en toda Argelia, país que por primera vez en la historia llega a octavos de final, para Islam Slimani alcanzar tal condición no ha sido fácil.
Slimani, de 1,86 metros, marcó ayer el tanto con que su selección le empató a Rusia, con lo que se metió a la segunda ronda junto a Bélgica por el grupo H, dejando justamente a los rusos por fuera.
La cosecha dorada de Slimani en Brasil no se queda ahí, ya que el domingo logró otro tanto frente a Corea del Sur, en la goleada por 4-2. Además, ese día fabricó dos asistencias de gol.
Nacido el 18 de julio de 1988, este delantero, hoy con 23 años, fue considerado uno de los talentos de su país en la temporada 2008-2009, cuando jugaba para el Chéraga.
Pero, así como en el Mundial de Brasil ha tenido que ganarse de a poco la titularidad, en sus inicios tuvo que enfrentar condiciones difíciles, pues cuando en 2009 pasó al Belouizdad, por cuatro años, pudo demostrar sus grandes condiciones, pero cayó en una mala racha al final del contrato, a lo que se sumó la llegada de sangre nueva al plantel lo que le restó opciones. Hizo solo cinco tantos en 16 juegos.
El año anterior se fue al Sporting de Lisboa, en Portugal, donde debía cubrir la baja del holandés Ricky van Wolfswinkel, quien se marchó al Norwich City inglés.
Junto a él los lusitanos habían firmado al colombiano Freddy Montero, quien venía con gran rendimiento del Millonarios, y por quien Slinami fue enviado al Sporting B.
Todo esto no amilanó el ímpetu del argelino, quien vio un espacio cuando Montero se lesionó, y comenzó a hacer goles importantes, tanto que equipos como el Napoli empezaron a preguntar por él.
Siempre trabajador, siempre incisivo, el africano se metió en la lista de Argelia hacia Brasil, y ayer confirmó el por qué del llamado.
Era difícil, como siempre, el meterse entre los titulares, pero este hombre, curtido en momentos críticos, lo intentó hasta que el domingo anterior explotó con un gol y dos asistencias frente a Corea del Sur.
Ayer, volvió a figurar, solo que esta vez su tanto fue el responsable de que los argelinos hoy celebren su primer pase a octavos de final de un Mundial, algo que no habían conseguido en tres participaciones mundialistas (España 1982, México 1986 y Sudáfrica 2010).