(Luis Navarro)
San Pedro Sula, Honduras. Toda la euforia que vivía Costa Rica tras la clasificación al Mundial de Brasil 2014 se estrelló ayer en una pared llamada Honduras.
No era una muy fuerte, ni muy alta, ni muy gruesa, pero la Selección Nacional llegó con muy poco impulso para intentar superarla.
No le dio para romperla, ni tampoco para saltarla. Ni siquiera rodearla de lado.
Detrás de ella quedó la racha de seis partidos eliminatorios sin conocer la derrota. También la posibilidad de cerrar de primeros de la hexagonal de Concacaf, galardón que se dejó Estados Unidos (que le ganó 2-0 a Jamaica).
Ni hablar de cómo quedó frustrada la ilusión de ganar por lo menos un juego de visitante en esta fase de la clasificación o de sacarse la espina del amargo 0-4 recibido en ese mismo estadio del Olímpico Metropolitano de San Pedro Sula hace cuatro años.
Empero, lo más grave fue cómo quedó extraviado el buen ritmo de juego que traía la Tricolor .
Ayer, el aficionado costarricense que vio el duelo no apreció las ganas y el esfuerzo que sí hubo antes; esas que cautivaron a todos cuando aún el viaje a suelo brasileño no era seguro y ese que los jugadores prometieron que mantendrían en territorio catracho.
Tampoco vio el hambre para ir al frente y hacerle daño al rival, el cual no necesita de un gran despliegue técnico, simplemente de sangre caliente y orgullo.
Todo eso lleva a concluir una sola cosa: la algarabía que había en el país tras alcanzar el boleto se estropeó de un solo golpe.
Sí, la sensación de que no todo podía ser tan perfecto regresó.
Sin exagerar. Ojo que esto no quiere decir que se deslegitima la clasificación tica a la cita planetaria. Jamás. Fue demasiado emocionante, convincente y anticipada; pero sí se ensucia un poco.
Es lo mismo que le hubiese sucedido a Colombia de haber clasificado ayer al Mundial con el humillante marcador de 0-3 que le llevaba Chile al medio tiempo.
Tampoco quiere decir que la gente va a botar a la basura su entrada para el partido del martes contra México o que va a ir a sentarse al Estadio Nacional a gritar al unísono “fuera Pinto”.
Eso sería una completa injusticia, tanto con el estratega cafetero como con los futbolistas.
No obstante, el público irá pensando al reducto de La Sabana más en la opción de presenciar cómo históricamente la Tricolor deja fuera a los aztecas que verse deleitada con un fútbol emocionante.
Lo único alentador es que en cuatro días se puede hacer efectiva una de esas trilladas frases que da este deporte: “el fútbol da revanchas”. Y puede ser en un escenario más que perfecto para hacerlo.
Sin embargo, para ello se precisa una buena sacudida, un despertar. Si no, Costa Rica tampoco superará la siguiente pared, la azteca.
Honduras, ¡qué suelo más difícil!
Estos son los diez resultados que obtuvo Costa Rica jugando en Honduras. Se obtuvieron siete derrotas, dos empates y solamente una victoria.
Resultados en suelo catracho:
Eliminatoria de 1962 (Tegucigalpa) 1-2
Eliminatoria de 1968 (Tegucigalpa) 0-1
Eliminatoria de 1972 (Tegucigalpa) 1-2
Eliminatoria de 1980 (Tegucigalpa) 1-1
Eliminatoria de 1986 (Tegucigalpa) 1-3
Eliminatoria de 1994 (Tegucigalpa) 1-2
Eliminatoria del 2002 (Tegucigalpa) 3-2
Eliminatoria del 2006 (San Pedro Sula) 0-0
Eliminatoria del 2010 (San Pedro Sula) 0-4
Eliminatoria del 2014 (San Pedro Sula) 0-1