Santos, Brasil. Durante la charla técnica de Jorge Luis Pinto del martes por la noche solo hubo 22 seleccionados, pero son 23.
Yeltsin Tejeda sabía muy bien adonde estaba el que faltaba. Un rato antes, en el cuarto que compartían hasta ayer, Heiner Mora le comentó que le dolía mucho su talón derecho y que el departamento médico le recomendó ir por una resonancia magnética.
La charla acabó y Titi, su compañero de Saprissa, su amigo, nunca apareció.
Entonces, cuando el joven volante de la Tricolor vio el angustiado rostro del médico Alejandro Ramírez buscando el de Pinto, supo adonde tenía que ir él.
Tejeda contó ayer, en un arrebato de honestidad, que entró a la habitación y encontró a Mora acostado en la cama, boca abajo, intentando digerir el diagnóstico de que una microfractura que lo sacó de la Copa.
“Estaba (hace una pausa), como cualquier persona estaría en un momento así”. Estaba llorando Yeltsin. Estaba llorando.
Dijo que no le preguntó nada. Entre jugadores no precisan hablarse para captar algunas cosas.
“Me arrecosté a la par y lo abracé y (otra pausa), pues la verdad sí, lloré, lloramos un buen rato”. Ahora sí, Yeltsin. Ahora sí.
“Es que yo sé lo que él ha luchado por estar aquí. Por eso fue demasiado duro. No me gusta que nadie me vea así, pero es que por más que uno quiera es imposible contenerse”, explicó el “6” de la Tricolor.
Confiesa que su siguiente paso fue llamar a otro compañero. Luego a otro, y a otro. Hasta que todos tuvieron la oportunidad de darle algo que para Mora, quien aduce todavía estar muy afectado para dar declaraciones, seguramente se sintió como un pésame.