En una de sus presentaciones más grises Alemania visó el primero de los boletos a las semifinales ante una Francia que, como ellos, estuvo demasiado lejos de su mejor versión en este Mundial de Brasil.
Teutones y galos apenas si rozaron la alta expectativa del que por tradición se perfilaba como el duelo más atractivo de los cuartos de final. Un choque entre dos campeones que se decidió ya al minuto 12, con un cabezazo en el que medió la buena técnica de Mats Hummels y la marca blanda de Raphaël Varane, infantilmente sorprendido por el defensor alemán.
Pésima hora para apagarse la de los galos. Elogiados como uno de los mejores combinados de la fase de grupos aun con la sentida ausencia de Frank Ribéry, los de Didier Deschamps se mostraron incapaces de revertir esa anotación tempranera ante una Mannschaft que se decantó por el cálculo y el cuidado antes de la propuesta.
Quizás en eso influyó el análisis previo de Joachim Löw, abierto a la posibilidad de que Miroslav Klose, de titular, dejará atrás la marca de Ronaldo y con un más discreto Thomas Müller oficiando de falso ‘9’.
En la parte baja, el timonel por fin envió a Phillip Lahm a su posición natural como lateral y sacrificó a Per Mertesacker para hacerle un espacio a Hummels en el centro de la defensa, atinado todo si se toma en cuenta que gracias a esa permuta es que hoy Alemania sueña con romper por fin la barrera de las semifinales, esa que le impidió ver la final en las Copas de 2006 y 2010.
El gol que lo cambió todo. Acostumbrada a pegar primero, la Francia de Karim Benzema se vio sorprendida por ese dardo que lo desajustó todo. Contra corriente, los galos finalizaron un primer tiempo de escaso dominio, amparados en el pelotazo al área para probar suerte con Benzema o Antoine Griezmann por arriba. Nada serio.
En el complemento hubo ánimo en el cuartel Bleu . Patrice Evra empezó a alimentar la banda izquierda y Blaise Matuidi y Mathieu Valbuena a mover el centro del campo, todo sometido a la aprobación de una Alemania que quiso ahorrarse el desgaste jugando a la contra.
Ahí empezó el apuro teutón, con una Francia que se dio cuenta de que tenía que aprovechar el momento si no quería padecer la desazón del fracaso.
Benzema empezó a probar los reflejos de Manuel Neuer pero el arquero alemán le recordó por qué en cada presentación siempre hay elogios para él. Lo negó todo, incluida la última del cotejo, un remate potente del Gato que, con una mano de hierro, Neuer repelió lejos del área chica.
También tuvo la sentencia Andre Schürrle del lado de los Panzers , pero su errática puntería acabó por encontrar a Hugo Lloris.
Así se fue Alemania a las semifinales, amparada en esa renta y en una Francia que, tan gris como su rival, le dijo adiós a Brasil.