Brasil
A Walter Ferreira se le conoce como 'Manosanta' y eso ya es un buen presagio: es el quinesiólogo que guió a Luis Suárez en su recuperación tras la operación de meniscos del pasado mes y el hombre al que el 'Pistolero' dedicó sus dos goles el jueves ante Inglaterra.
Cuando el atacante del Liverpool abrió el marcador a los 39 minutos, de cabeza a pase de Edinson Cavani, corrió hacia el banquillo del equipo y abrazó a Walter, simbolizando el éxito de la recuperación con el hombre que le ayudó a estar a punto en un tiempo récord.
Muchos comenzaron a preguntarse quién era ese hombre de pelo blanco, desconocido para casi todos.
Después del partido, Suárez quiso acordarse de nuevo de Ferreira cuando los periodistas le preguntaban por la dedicatoria.
"Esto es de él en un 90%. La gente sabe realmente el respaldo fundamental que fue para mí. Si no fuera por él, yo no estaba acá. Lloré mucho con él porque fue un momento duro, complicado por todo lo que él vivió también, por lo que él me ayudó, por el sacrificio que hizo para acompañarme en todo momento", declaró el héroe del partido en Sao Paulo.
Con Ferreira y bajo la supervisión de Alberto Pan, médico del equipo nacional, Suárez ha tenido un regreso espectacular tras su intervención quirúrgica.
Las lágrimas de Suárez en el estadio de Sao Paulo tras sus dos goles, el último en la recta final del partido (85) para dar una victoria crucial a su equipo, eran la demostración más evidente de lo mal que lo llegó a pasar el jugador y lo cerca que vio ser declarado baja para el Mundial.