Sandy, Utah. Perder 6-1 no fue, a todas luces, un debut soñado para la selección de Belice. Con una goleada sin objeciones, Estados Unidos les dio el martes una triste bienvenida a la Copa de Oro.
El rostro de los jugadores beliceños esa noche, al dejar el estadio Jeld-Wen Field de Portland, reflejaba el bajísimo estado de ánimo que les había dejado el partido.
“El fútbol es un juego en conjunto y necesitamos a los 11, no estuvimos a la altura y pagamos el precio, tuvimos en frente a un equipo que nos estudió bien, supieron abrir la defensa, no tuvimos respuesta”, reconoció el arquero Shane Orio.
Sin embargo, en torneos cortos como este no se puede perder tiempo lamentándose por lo que no se pudo lograr.
Eso lo saben bien los beliceños, a pesar de su inexperiencia en la Copa, y ahora buscan sanar rápido sus heridas para buscar el sábado ante Costa Rica una victoria que los acerque a la siguiente fase.
“Lo que ocurrió ante Estados Unidos son cosas del partido, se dieron y ahora tenemos que pensar en el encuentro que viene, pensar en el mañana, en tratar de levantar el ánimo de los jugadores y esperar qué podemos mejorar”, añadió el guardameta.
Orio fue enfático en asegurar que todo depende de ellos y que no deben preocuparse por lo que hizo o hará Costa Rica.
“Nosotros no tenemos que estar viendo al contrario, nos equivocamos mucho ante Estados Unidos y tenemos que pensar en lo nuestro, lo que hizo Costa Rica o lo que va a hacer no nos tiene que interesar, sino lo que hará Belice”, concluyó.
Polémica. El lunes trascendió en el Canal 5 de Belice que un supuesto turista norteamericano le ofreció 10.000 euros a dos jugadores de la selección para que se dejaran vencer por Estados Unidos.
Los hechos habrían ocurrido a principios de junio, cuando el extranjero se acercó a los entrenamientos del seleccionado beliceño y citó en un café al volante Ian Gaynier y el portero Woodrow West para hacerles el ofrecimiento.
“Ya sabía sobre el amaño de partidos y cuando esta persona se acercó a hablarme pensé que me estaba tendiendo una trampa y me sentí muy incómodo en esa situación, hasta sentí temor de cómo se acercó a hablarme, y le dije que me dejara tranquilo”, explicó Gaynier tras el juego ante Estados Unidos.
El futbolista afirmó que, después de esa cita, el hombre desapareció y no volvió a contactarlo.
Esto sucedió días después de que los seleccionados pidieran un premio a su Federación de Fútbol por participar en la Copa de Oro.