Escazú. “¡Weil wir werden meister sein!” (porque seremos campeones del mundo), cantaba un grupo de jóvenes en medio de un ataque de alegría. Alemania consiguió su cuarto campeonato del mundo.
En el parqueo de Avenida Escazú más de 200 alemanes que residen en Costa Rica se reunieron para ver la final Alemania-Argentina.
Vivir un partido de fútbol es un ritual para el pueblo germano; la cerveza y la carne asada son dos elementos que no pueden faltar, así como la ansiedad y el sufrimiento que a veces se pueden prolongar más de 90 minutos.
En la previa de la final, algunos alemanes comentaron sobre la alineación y se preocuparon de la lesión de Sami Khedira y esperaban que el capitán Phillipp Lahm jugara en su habitual posición de lateral por la derecha.
Sí, en Alemania también hay millones de técnicos de fútbol como en Costa Rica.
“Es una final y no es el momento para hacer experimentos”, destacó Andrew Muti, un inglés seguidor de la Selección teutona.
El himno nacional, Deutschlandlied, fue cantado a todo pulmón por los presentes. A algunos no les hace gracia el hecho de que Mesut Özil no entone la letra.
“Me parece que el jugador tiene que rendirle respeto al país que representa”, señaló Marco Rollo, alemán que creció en Costa Rica.
Durante el partido, los teutones sobrellevaron la ansiedad con tragos de cerveza; tanto fue así que las latas y los vasos se vaciaron cuando Gonzalo Higuaín quedó solo frente al arquero Manuel Neuer. Se sintió un alivio general cuando el argentino dejó ir la oportunidad.
Para liberar un poco la tensión, se tocó el tema de Costa Rica en el mundial y la mayoría reconoció el buen papel de la Tricolor.
Los alemanes se declararon fieles seguidores de la Sele , claro, siempre y cuando no se enfrente a Die Mannschaft .
Muchos aún recuerdan los dos dardos de Paulo César Wanchope en la inauguración del Mundial de Alemania 2006, partido que a la postre terminó 4-2 a favor de los anfitriones.
A algunos se les trababa la lengua cuando intentaban arrastrar la “r” para decir Costa Rica; bueno, pero, para ser justos, ponga a un tico a pronunciar Schweinsteiger, Höwedes o Schürle y verá que no va a pasar un buen rato.
Como equipo. Los europeos prefieren rescatar el juego colectivo antes que la habilidad individual.
“Argentina tiene a Messi y Brasil a Neymar, pero Alemania es fuerte porque tiene un equipo”, dijo con orgullo el aficionado de Alemania Manuel Damsohn, quien trabaja en el país.
El ambiente se convirtió en un frenesí cuando Mario Götze marcó el tanto de la victoria.
Finalizó el partido y se vino un torrencial aguacero. Los alegres alemanes se dispersaron para continuar con la segunda fase de su ritual futbolero: el festejo.