Redacción
Al goleador histórico de la Sele, Rolando Fonseca, lo entusiasma el inicio de una nueva eliminatoria. Asegura que le encantaba jugar este tipo de partidos de máxima tensión, y que ahora, desde afuera, los sigue disfrutando al máximo.
El Principito afirma que esta es la mejor generación de la historia, sin embargo, considera que el equipo del 2002 hizo vibrar a la afición de forma única.
¿Vive esta eliminatoria con tanta pasión como cuando estaba en la cancha?
La pasión de la Selección nos llama a todos. Todos los aficionados estamos pendientes y lo bonito de ahora es que esta generación nos ha dejado la mejor página en la historia del fútbol de Costa Rica. Ahora se está a la expectativa de un nuevo sueño con este plantel.
¿Qué le ha parecido el estilo de juego de Óscar Ramírez mostrado en los amistosos?
Los amistosos son prueba y error. Lo de verdad comienza este viernes. Si en los fogueos los futbolistas tuvieron experiencias buenas o malas y cometieron errores, en la eliminatoria ya no hay chance, este es el examen real.
¿Entonces usted cree que la propuesta verdadera se verá ante Haití?
Es que la propuesta del equipo de Óscar Ramírez en un amistoso es distinta a la de un juego por puntos, hay otra presión. La propuesta en la eliminatoria tiene que ser de equilibrio porque no se pueden cometer errores. Lo que en verdad vale es esto.
El exdefensor Róger Flores dice que jugar una eliminatoria es feo porque la presión que se lleva sobre los hombres es muy grande. ¿Usted qué opina?
La presión la vas a tener siempre y sobre todo cuando se sabe que es hora de hacer algo más allá de lo normal. A mí me encantaba jugar la eliminatoria. Creo que soy uno de los jugadores que más eliminatorias ha disputado. ¿Qué puede ser más lindo que llegar a una eliminatoria con la autoestima que tiene este equipo? Ellos se conocen y creen en su capacidad.
¿Cómo asumía usted esa presión?
Muy normal y tranquilo. Lo que a uno lo motiva y empuja es el ambiente de Selección. La prensa, la afición y todo el entorno se mezclan por un mismo objetivo. Creo que eso es lo que hay que inyectarle a este equipo.
¿Cuál es el partido eliminatorio que más recuerda?
Uno de los partidos que más me gustó fue el día en que nos tocaba jugarnos la clasificación contra Estados Unidos rumbo al Mundial de Corea-Japón 2002. Ese día el bus estaba saliendo del hotel y ya la gente estaba en las calles. Las radios iban diciendo por el lugar donde estábamos, entonces los aficionados salieron a apoyar con sus ollas y cualquier objeto que sonara. Nosotros sabíamos que todo el país creía en el equipo. Parte de eso es lo que se revive en una eliminatoria porque hay gente que no le gusta el fútbol, pero estos partidos los sienten y los viven.
¿Cuál es el jugador que más le ilusiona ver en este equipo?
A mí me gusta realmente todo el esquema por el trabajo en equipo que realiza esta generación. Me encanta la selección por su idea de juego.
Usted decía que esta es la generación más exitosa de la historia. ¿Es también la más vistosa?
Usted puede tener talento, pero si no tiene éxito, de nada sirve. Este es un equipo que está logrando el éxito y escribiendo la página más dorada del fútbol tico. Si la compara con la del 2002, creo que nosotros teníamos una sinergia con la afición. A mí me había tocado quedar fuera de dos eliminatorias y esa era la tercera. Todo iba muy de la mano con la euforia de la gente. Había una gran identidad.
¿Cuánto pueden pesar las bajas de Yeltsin Tejeda y Bryan Oviedo?
En esta Selección, el sistema está por encima de muchos jugadores. Es un grupo que se conoce bastante bien. El único jugador nuevo es Rónald Matarrita, y es un equipo que cada día se conjunta más.
¿Cómo analiza el duelo ante los haitianos?
Es una selección de mucho cuidado. Leyendo un poco y escrudiñando sobre la base de jugadores, le puedo decir que hay nueve figuras que están en la liga francesa y eso habla de que hay una evolución. Además, en Copa Oro dio la imagen de ser una selección competitiva. Hay que tenerle respeto a Haití.
¿Cómo se debe jugar este partido?
La Selección no puede cambiar el método de jugar. Hay que creer en la idea de Óscar Ramírez.