Las últimas tres eliminatorias hacia mundiales de fútbol mayor (2010/2014), y ahora esta hacia el 2018, me ha tocado ver la selección de Costa Rica en diferentes países del continente asiático. Por la diferencia de hora, hay que seguir unas reglas para no perderse los partidos.
Como son siempre de madrugada, hay que, o seguir recto sin dormir, o poner varios despertadores. También hay que chequear si la velocidad de la conexión del Internet es buena. En el 2010 cero problema con eso en Emiratos. Es más, hasta podía poner a Mac Gregor en una computadora, y en la otra, a la señal de televisión on line. Ya para el 2014, en China, teníamos, el Profe Villegas y yo, que bajar al lobby del hotel en que vivíamos, donde la señal era mejor, y así rezar, para que no se cayera. Ahora, acá en India, debido a los constantes viajes de una ciudad a otra para jugar con mi equipo, es siempre una moneda al aire ver los partidos sin cortes.
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Contra EE. UU., el martes en Costa Rica, tempranito (miércoles) acá en Goa, no fue la excepción. Esta vez recurrí a varias vías para estar al tanto de lo que pasaba en el Nacional. Teléfono cargado, todos los chats grupales abiertos. Radio puesta en el iPad y compu prendida en alguna señal fiable on line. Prefiero las ticas, obvio. Y de paso, esta vez, mi esposa y la sobrina, en Mumbai, pulseando igualmente una señal decente. Logro conectar cuando están en los himnos. Noto el llenazo del estadio, la cámara recorriendo las tribunas y las caras de los jugadores. ¿Qué putas estamos haciendo acá tan lejos?. Es el primer pensamiento que se me viene. Inmediatamente un mensaje reconocido me pregunta: ¿lo estás viendo?, a nosotras se nos cayó la señal. Avísame cómo van... Pero al mismo tiempo, por otros chats, Twitter, etc... me quedo tranquilo porque esa información requerida, está siendo también solicitada a otros grupos de chats amigos.
Hasta ahí todo bien. Veo en "slow motion", escucho en tiempo "real" y voy leyendo, más que participando, en los tiempos muertos del partido, comentarios, preguntas de amigos en las redes sociales.
Veo fragmentos de los primeros cuarenta y cinco minutos. Acercamientos importantes de Venegas y Bryan Ruiz en el área gringa, una incursión y centro norteamericano que por dicha Keylor no logra tocar, y la bola pasa sin que ningún rematador rival llegue a empujarla. Más equipo sin duda Costa Rica, pero nada de gol aún... Yo me agrando y digo: qué salvada, hoy creo que sí podré "ver" el juego más o menos bien. Cuando estoy en esas, aparece en uno de los chats: ¡guoooollllll!. ¡Mierda, me lo perdí!. Acudo a los amigos de los medios locales: "cuando podás subí el gol ya que no lo pude ver, mae". La imagen vuelve. Muy tarde ya. Camino al vestidor, la Sele gana 1-0.
Esos quince minutos de pausa se me pasan volando. Opino en los chats, vineo memes, pido, me envían y reenvío el gol a Mumbai, y otras ciudades con familia y amigos del fútbol. Y sigo rezando a que la señal mejore para el segundo tiempo.
Siempre es jodido cuando tomás un gol terminando los periodos. A unos les refuerza las energías, a otros, los "bajonea" una barbaridad. Así entraron los jugadores norteamericanos, sin esperanza. La patada de Altidore a Celso no fue más que una evidencia de esa frustración. Y ahí se vio también, claro, en lo que podía "ver", a una selección tica muy muy convencida de su juego y posibilidades. Eso sí, el juego cayó en una imprecisión donde en esas circunstancias, el que menos juega, a veces se sale con la suya. Óscar lo entendió perfectamente y meneo el árbol. Una vez más, acertado.
Antes, en uno de los chats, viene la pregunta: ¿cambios?. Ni tiempo me dieron de contestar, porque enseguida, en otro chat, leo, casi, puedo escuchar: ¡Guoooll!. "Madamelo porfa". Y luego el tercero. Ya ni los pido. Llegan express. Ante el cuarto gol, ya me olvido de la diferencia de hora, de si lo que me envían es un duplicado del primer gol de Joel, o si de hecho hizo doblete. De si al final "Machillo" hizo el tercer cambio o no. No me importa ya eso, ni si la señal se fue del todo para los últimos diez minutos y descuento. Meter cuatro nunca es fácil. Mucho menos en una eliminatoria y contra un rival de peso, como Estados Unidos.
El martes en la noche imagino, muy pocos no durmieron felices y orgullosos en suelo costarricense. Esta selección sin duda alguna sigue jugando bien, con una identidad muy asumida y defendida por cualquiera que juegue . Esto recién comienza, pero estoy seguro que Óscar y su cuerpo técnico comerán los chicharrones de diciembre sin ninguna culpa. Yo, mientras, espero en marzo estar en el Azteca. ¡Esta vez, viéndolos sin cortes!