Desde el inicio las cosas no pintaban fáciles para la selección femenina de voleibol de Costa Rica.
Sin embargo, la perseverancia y la intensidad le permitieron al cuadro costarricense dejarse el oro ante su similar de Guatemala.
El conjunto anfitrión conquistó el puesto de honor con diferencia de tres sets a uno.
Los parciales del juego fueron: 28-26, 23-25, 25-22 y 25-8.
Las chapinas arrancaron claras en su juego, obteniendo una ventaja de hasta cuatro puntos en el primer set, pero la casta de las locales se impuso en el ocaso de este periodo (28-26).
“Guatemala es el mejor rival que tenemos en Centroamérica; es el equipo que más defiende y que más entrega tiene”, dijo Néstor Bati, entrenador de Costa Rica.
El técnico añadió que en el primer set contabilizó 10 errores que comprometieron el resultado.
Un aspecto a destacar en el engranaje de las ticas fue la muralla que construyeron Paola Ramírez, Hines Mijal y Verania Willis. Las tres fueron incansables en los bloqueos sobre la red.
“Demostramos nuestra fuerza en la red y nuestra altura que es un factor muy importante”, comentó Ramírez al final del cotejo.
Apoyo fundamental. El único momento en el que las chapinas lograron superar a las locales fue en el segundo set.
No obstante, no fue suficiente ante el empuje de las costarricenses, alentadas por un Gimnasio Nacional a reventar.
El motor de la victoria fue el grito de “oro, oro, oro” que salió desde la gradería.
“Tenemos un equipo joven y el público influyó por la inexperiencia de algunas jugadoras”, analizó Julio Dominguez, estratega de Guatemala.